El proyecto de CBDC de China, mejor conocido como Yuan Digital, está en medio de una encrucijada que podría llevar a que el proyecto sea abandonado, debido a distintos problemas de desarrollo, infraestructura y corrupción.
El yuan digital, también conocido como e-CNY, se encuentra ahora en medio de una encrucijada que podría llevar al proyecto finalmente a su cierre definitivo. Todo esto pese a que China, no solo ha sido pionera en el desarrollo de monedas digitales de banco central (CBDC), sino que tiene el proyecto más maduro y de mayor envergadura en este sentido.
Recordemos que China ha estado estudiando el desarrollo de su CBDC desde el año 2014, momento en el que el PBOC (Banco Central de China) formó un equipo de trabajo liderado por Yao Qian, quien se convirtió en el principal impulsor del yuan digital. Así para 2019, el proyecto había completado las fases iniciales de desarrollo y estaba listo para las pruebas. Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes, lo que acompañado con la baja adopción y los escándalos de corrupción alrededor del proyecto y sus dirigentes está amenazando su éxito.
Baja adopción: un obstáculo insalvable
Así tenemos que el primer gran obstáculo del yuan digital ha sido la baja adopción y la reticencia de usar este tipo de dinero frente a opciones privativas como WeChat Pay. Y es que a pesar de los esfuerzos del gobierno chino por promover el yuan digital, la adopción por parte del público ha sido escasa. De hecho, en una prueba realizada en 2022, varios empleados estatales recibieron su salario en yuanes digitales, pero la mayoría optó por transferir los fondos a sus cuentas bancarias tradicionales o pasarlas a WeChat Pay para convertirlos en efectivo o dinero digital de mayor aceptación. Un comportamiento que refleja la desconfianza de los ciudadanos en la nueva moneda.
A esto se suma, que el proyecto del yuan digital ha sufrido un golpe adicional con la reciente expulsión de Yao Qian del Partido Comunista y de la función pública. Yao, quien fue acusado de utilizar su influencia para beneficiar a empresas de tecnología a cambio de sobornos, era considerado el rostro del proyecto. Por esa razón, su caída ha generado dudas sobre la integridad del programa y ha planteado preguntas sobre la presencia de prácticas corruptas en su desarrollo.
Al mismo tiempo, el caso de Yao Qian destaca los riesgos de la corrupción en la gobernanza de las CBDC. Porque, aunque estas monedas digitales están diseñadas para mejorar la transparencia y reducir el fraude, el escándalo de corrupción de Yao revela que aún existen vulnerabilidades, especialmente en lo que respecta a la posibilidad de que funcionarios importantes abusen de su poder. Y en China han entendido esto, lo que ha llevado a los líderes chinos a reevaluar el proyecto y a considerar una posible reorientación hacia el fomento del crecimiento de las empresas privadas.
Desafíos técnicos y de infraestructura
Pero más allá de esto, el proyecto también ha enfrentado desafíos técnicos y de infraestructura. Y es que la implementación de una CBDC requiere una infraestructura tecnológica robusta y segura, que pueda manejar transacciones a gran escala y garantizar la privacidad de los usuarios. Aunque China ha invertido significativamente en la tecnología subyacente, todavía existen preocupaciones sobre la capacidad del sistema para funcionar de manera eficiente y segura.
Por ejemplo, la aplicación e-CNY ha sido criticada por sus limitaciones funcionales y preocupaciones de privacidad. Los usuarios reportan problemas con la interfaz de usuario, la velocidad de las transacciones y la falta de opciones de inversión. Estos desafíos técnicos pueden desanimar a los usuarios y dificultar la adopción masiva del yuan digital.
¿Adiós a la gran CBDC China?
El fracaso del yuan digital no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. China ha promovido el yuan digital como una herramienta para fortalecer su influencia global y reducir la dependencia del dólar estadounidense. Sin embargo, la baja adopción y los escándalos de corrupción están debilitando esta narrativa.
Ante esto, el gobierno chino ha intentado reorientar la narrativa, presentando el yuan digital como una opción suplementaria de pago en lugar de un sistema revolucionario. Sin embargo, esta reorientación ha sido interpretada por algunos críticos como un reconocimiento tácito de los problemas del proyecto. A pesar de estos desafíos, China sigue adelante con sus esfuerzos para internacionalizar el yuan digital a través de iniciativas como la Iniciativa Belt and Road y la Asociación Económica Integral Regional.
Es más, durante la última reunión del BRICS este 2024, la CBDC de China brillo como una opción factible de moneda de intercambio para el grupo. Pero con esto, se puede decir claramente que ha recibido un fuerte clavo al ataúd de esta opción, lo que supondría otro fracaso al grupo internacional en su intento de destronar al dólar desde su creación en 2009.
Sea como sea, el futuro del yuan digital es ahora más incierto que nunca. Aunque China ha demostrado una voluntad de continuar con el proyecto, la baja adopción, los escándalos de corrupción y los desafíos técnicos siguen siendo barreras significativas.