El interés del inversor por las criptomonedas subió un 90% en el último año: Charles Schwab

El interés del inversor por las criptomonedas subió un 90% en el último año: Charles Schwab

El capital institucional está adoptando Bitcoin como activo estratégico, forzando a gigantes como Charles Schwab a construir su propia infraestructura para operaciones al contado en 2026.

Los inversores institucionales ya no están tocando la puerta de Bitcoin; están entrando y estableciendo una presencia sólida y decidida dentro de este mercado. En un movimiento que consolida la integración estructural de las criptomonedas en las finanzas tradicionales, los gigantes de la gestión de patrimonio están respondiendo a una demanda que se ha vuelto innegable. 

La narrativa ha cambiado del ¿por qué? especulativo al ¿cómo? estratégico. Los inversores institucionales, desde fondos de cobertura hasta oficinas familiares, buscan activamente diversificar sus carteras, y Bitcoin se ha posicionado como el principal candidato para esta nueva asignación de activos digitales.

Este interés inversor se refleja en el volumen creciente de los fondos cotizados (ETF) al contado, tanto de Bitcoin como de Ethereum, que actúan como puentes regulados para el capital conservador. Paralelamente, la adopción de tesorerías corporativas en criptoactivos, una tendencia popularizada por firmas como Strategy y seguida por actores de la industria como Bitmine, se vuelve cada vez más popular. En términos claros, las criptomonedas se posicionan cada vez más como una clase de activo de reserva crucial que acompaña la economía conectada a Internet.

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Cambio de juego en la inversión: El crecimiento explosivo en el interés en criptomonedas

El gigante de la intermediación financiera, Charles Schwab, reportó recientemente un asombroso aumento interanual del 90% en las visitas a su plataforma de criptomonedas. Esta información, revelada por el CEO Rick Wurster durante la llamada de ganancias del tercer trimestre de 2025, emerge como un indicador clave de los cambios que están ocurriendo en el sector.

Wurster subrayó que este crecimiento no ha sido un hecho aislado, sino que apunta a una transformación más amplia en el interés y la adopción de las criptomonedas por parte de los inversores tradicionales. En otras palabras, las cifras de crecimiento en las visitas que reportó la firma revelan cambios profundos en las preferencias y comportamientos del público financiero, marcando una clara señal de que las criptomonedas están ganando terreno en los grandes centros de inversión tradicionales.

Los clientes de Charles Schwab, que representan una porción masiva y tradicional del inversor minorista estadounidense, ya poseen aproximadamente el 20% de todos los productos cotizados (ETP) de criptomonedas disponibles en el país. Están utilizando las herramientas que tienen a su disposición, como los ETFs y productos de futuros, para ganar exposición, y lo hacen en volúmenes que la industria ya no puede ignorar.

Adicionalmente, la respuesta de Charles Schwab a esta ola de demanda de exposición a criptomonedas es, quizás, una de las señales más fuertes de la normalización del sector. La compañía ha puesto una fecha definitiva en el calendario: ofrecerá operaciones de Bitcoin al contado directamente en su plataforma durante la primera mitad de 2026. 

Este anuncio, realizado en el contexto de un trimestre récord donde los activos totales de los clientes de Charles Schwab alcanzaron los 11,59 billones de dólares, es fundamental. La firma no está simplemente añadiendo un producto más a su oferta, sino que está invirtiendo en la compleja infraestructura de custodia, liquidez y cumplimiento para que Bitcoin coexista con acciones y bonos. Están respondiendo a la petición directa de sus clientes de consolidar todas sus tenencias bajo un mismo techo regulado.

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Los grandes jugadores redefinen el papel de Bitcoin en la inversión institucional

El interés institucional va más allá del simple seguimiento del impulso del precio, que, a principios de octubre, vio a Bitcoin alcanzar un nuevo máximo histórico cercano a los 126.200 dólares. Se trata de una recalibración estratégica fundamental. 

Morgan Stanley, otro pilar de Wall Street, formalizó esta tesis en un informe distribuido a sus clientes este mes. La firma no solo permite la exposición, sino que ahora recomienda activamente a sus clientes de gestión de patrimonio una asignación de hasta un 2% a 4% de sus carteras en criptomonedas, principalmente Bitcoin, dependiendo de su perfil de riesgo.

El lenguaje utilizado por Morgan Stanley es revelador: describe a Bitcoin como un «activo escaso», análogo directo al «oro digital», que juega un papel legítimo en la diversificación de carteras contra la inflación y la incertidumbre macroeconómica. Aconsejan tratarlo como una inversión a largo plazo, reequilibrando trimestralmente y utilizando ETPs para gestionar la volatilidad inherente.

La perspectiva de Morgan Stanley se ve reforzada por las acciones de otros jugadores sistémicos. US Bank, por ejemplo, anunció esta misma semana la creación de una nueva organización interna dedicada exclusivamente a Activos Digitales y Movimiento de Dinero. El objetivo de esta división es acelerar el desarrollo de servicios como la custodia de criptoactivos, la emisión de monedas estables y la tokenización de activos del mundo real

Todos estos ejemplos pone de manifiesto que las instituciones no están simplemente comprando Bitcoin; están construyendo los rieles para la próxima generación de las finanzas digitales. 

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La nueva era de la madurez financiera

Lo que estamos presenciando en la actualidad es la transición de la especulación pura a la construcción de infraestructura. La demanda minorista, evidenciada por las métricas de Charles Schwab, ha demostrado ser persistente y profunda. 

Ahora, el capital institucional, guiado por recomendaciones como las de Morgan Stanley y fluyendo hacia ETF y tesorerías corporativas, busca una exposición gestionada y a largo plazo. En respuesta, las instituciones financieras tradicionales han comenzado a aceptar su rol activo en esta transformación. Por tanto, la discusión ya no gira en torno a si Bitcoin tiene lugar en el sistema financiero, sino en qué tan rápido y de qué manera pueden construir los puentes necesarios para integrarlo de forma segura, regulada y, esencialmente, rentable.