El reloj invisible de Solana: la blockchain que desafía todo lo que sabías

El reloj invisible de Solana: la blockchain que desafía todo lo que sabías

La llegada de Solana al espacio blockchain ha permitido el desarrollo de un nuevo concepto en el mundo blockchain. Lanzada en 2020, la red Solana es un blockchain de acceso genérico que permite realizar contratos inteligentes. Además, cuenta con su propia criptomoneda, llamada SOL. Esta última es una de las criptodivisas en el “top ten” de capitalización internacional, con una capitalización que supera los 64 mil millones de dólares (para 1 abril de 2025). Datos que muestran la interesante evolución de esta red, ya que inicia como una cadena únicamente diseñada para DApps — aplicaciones descentralizadas —, pero luego se ha convertido en una novedosa blockchain que rompe todos los paradigmas del ecosistema cripto.

No solo porque con Solana se realizan contratos inteligentes que generan confianza, por el hecho de que su red gana cada vez más gran cantidad de seguidores, siendo una competencia directa a Ethereum. Si no porque la novedad de esta cadena de bloques es su algoritmo de consenso, que algunos consideran, uno de los más prometedores del sector.

PREPARA TU WALLET

Otros, aseveran que este algoritmo es en realidad una mezcla entre el método de consenso y el tradicional blockchain de Bitcoin (este último es cerrado y funciona de manera autónoma). Lo cierto es que Solana otorga un viraje a los protocolos de minería, transfiere velocidad en las criptos, apuntalándose en “marcas de tiempo exactas”. Así cobra vida el conocido Proof of History (PoH), un algoritmo que toma eventos, los cataloga y sigue el flujo del tiempo para hacer funcionar esta poderosa blockchain.

El algoritmo Proof-of-History (PoH) y sus novedades

Este singular algoritmo es desarrollado y dado a conocer desde 2017, por Anatoly Yalovenko, fundador y CEO de la empresa Solana Network. Un dato curioso es que pese a todo el trabajo y desarrollo que PoH tiene, aún es considerado un algoritmo incompleto. Esto debido a que muchas de sus funcionalidades aún están en experimentación. Pero, esta “versión inacabada” lentamente se va puliendo y conformándose con los eventos que abarca. Y es que, justamente, PoH es un algoritmo que crea marcas de tiempo exactas de todo lo que ocurre en su blockchain. Es decir, se nutre de los eventos que van sucediendo y optimizan la cadena de bloques. Haciendo una analogía, podemos decir que PoH es un algoritmo con capacidad de tener “experiencia de lo que ocurre”.

Inicialmente, este algoritmo toma inspiración en el algoritmo de consenso Prueba de Participación (PoS, Proof of stake), el cual apunta a un acuerdo económico constante entre los usuarios de una red de criptomonedas para lograr el funcionamiento del blockchain. Sin embargo, Solana va más allá: plantea optimizar al máximo sus procesos, buscando la máxima velocidad, pero al mismo tiempo manteniendo un consenso seguro para una red con gran nivel de descentralización.

El detalle es: ¡que los consensos llevan tiempo, requieren intercambio de información! Así que la gran pregunta es ¿Cómo acelerar esto? La estrategia de Anatoly Yalovenko, junto a los demás desarrolladores de Solana, es codificar el tiempo de los eventos. Pero, este tiempo no es una medida de eventos, sino algo que se codifica en sí mismo en la cadena de bloques. ¿Resultado? Una gran velocidad (más de 1500 transacciones por segundo), sin quebrantar el método de consenso para el blockchain. Aquí está el origen de PoH, unir lo mejor de Proof of Stake, para la seguridad de la red, y unir los timestamps de eventos, para flexibilizar ese modelo, permitiendo una aceleración del proceso y con ello, elevar la escalabilidad de la red.

El tiempo que se codifica en sí mismo, el reloj invisible que optimiza el blockchain

La clave en toda esta innovación está en cada nodo de la red Solana mantiene su propio reloj, mediante una variable conocida como Verifiable Delay Function (VDF). Otra ventaja es que esta función utiliza un único núcleo de CPU, aligerando la carga en el ordenador y mediante pasos secuenciales, generando una única salida de datos. De esta manera, todas las transacciones de la red quedan registradas en cada uno de los bloques. Esto acelera el intercambio de información, ya que cada bloque contiene toda la información de la red, pudiéndose hacer una consulta desde cualquier bloque y sin ningún inconveniente.

ENLAZA CARD Y EARN

Para mantener el mecanismo de consenso, los poseedores del token SOL solo deben revisar el nodo desde el cual actúan. ¡Ahí está toda la información, ordenada en tiempos exactos! Lo que esta red registra es que cada transacción, o evento, se realiza “antes de otro evento” y “después de otro evento”. Así es el llamado “reloj invisible” de Solana, que no registra fechas ni horas, sino la secuencia de eventos de la red entre sí, asignándoles una señalización cronológica. 

Es así como el algoritmo PoH optimiza los consensos, ya que permite el intercambio de información con rapidez. Su misión es acelerar los tiempos de confirmaciones, puesto que mantiene una cadena simple de órdenes de transmisiones, permitiendo así un esquema para la validación de bloques lineal. 

¿Cómo funciona la cadena de bloques de Solana?

Sin duda, es una mezcla entre el “consenso” y el mecanismo cerrado del blockchain convencional. La cadena queda establecida por la siguiente norma: la salida de una operación se convierte en la entrada de la siguiente. No se permiten eventos paralelos, por lo que el blockchain es completamente lineal, pero muy rápido. Paradójicamente, al no permitir los eventos paralelos se logra mayor velocidad, ya que la información se lee más rápido (de manera lineal y no en capas). 

Es importante aclarar que el algoritmo PoH no es en sí mismo un mecanismo de consenso, sino una herramienta para optimizar y acelerar los mismos. Esto permite involucrar miles de nodos, con una comunicación tan rápida como fluida, pero sin necesidad de un hardware con gran potencia de cálculo, ni tampoco consumir grandes cantidades de energía. 

Lo anterior es una gran diferencia respecto a las primeras versiones de blockchain (como ocurre en Bitcoin), pues en estas versiones iniciales se necesitan ordenadores potentes que resuelvan gran cantidad de cálculos en poco tiempo. El problema es que la red se vuelve lenta cuando los ordenadores que se conectan tienen diferente capacidad para realizar estos cálculos.

Los hash de las operaciones en Solana usan el mecanismo de cifrado SHA256. A esto se añade el protocolo Turbine, que facilita la distribución de información entre los nodos. Todo queda perfectamente blindado, gracias al mecanismo de encriptado, el cual es independiente de los cálculos de transacciones. Esto último acelera aún más las transferencias y actividades, haciendo que Solana sea una red sumamente rápida. Su “reloj interno” está cambiando la manera en que se entiende el mecanismo de blockchain, siendo quizás la nueva alternativa para las redes de criptos en el futuro. 

Un proceso en constante evolución

Lo mejor de todo, es que Solana es un proyecto en constante evolución. Su comunidad arde en actividad, y eso se refleja directamente en la constante mejora de esta red. Tiempo ha pasado desde que la red ha superado sus antiguos límites. Así, por ejemplo, las constantes caídas y perdidas de información, ahora son eventos mucho menos comunes, y lo serán cada vez más, a medida que los desarrolladores hagan madurar todo el software de esta red.

Por supuesto, esta evolución también se refleja en la aceptación y uso de Solana. Ahora, una red tan joven (tiene casi 5 años de existencia) se mide tu-a-tu con redes de gran calibre como Ethereum, superándola en rendimiento y flexibilidad para sus smart contracts y aplicaciones descentralizadas. Un ejemplo claro, de que Solana, siempre está viviendo un proceso de constante evolución sin fin, que retroalimenta y mejora esta grandiosa red para que todos sus usuarios disfruten de la misma, en todo momento.