
Un informe reciente de Coincub señala que las directivas DAC8 y CARF están revolucionando la fiscalidad de las criptomonedas en Europa.
Las criptomonedas han revolucionado la forma en que se entienden las finanzas digitales, pero su creciente adopción ha planteado desafíos significativos para los sistemas tributarios tradicionales. En Europa, la Unión Europea ha respondido con la implementación de DAC8 y CARF, dos directivas que buscan modernizar la fiscalidad de los activos digitales en la región. Estas regulaciones, según el informe de la empresa de criptoanálisis, no solo están cambiando la forma en que se reportan y gravan las criptomonedas, sino que también establecen un nuevo marco de transparencia y control tributario.
DAC8, la octava modificación de la Directiva de Cooperación Administrativa, y CARF, el Marco para la Información de Criptoactivos de la OCDE, representan un paso fundamental hacia la armonización de las normas fiscales en el sector cripto. Para los inversores y las empresas, estas dos directivas traen consigo nuevas obligaciones y desafíos, pero también la promesa de un mercado más regulado y estable.
PREPARA TU WALLETEn el informe, titulado “Europe Crypto Tax Guide 2025: Regulations & Compliance”, los analistas de Coincub explicaron cómo DAC8 y CARF están transformando el panorama tributario de las criptomonedas en Europa, su impacto en el sector y los cambios que podrían definir el futuro del ecosistema cripto.
¿Qué son DAC8 y CARF?
DAC8 y CARF son iniciativas regulatorias diseñadas para aumentar la transparencia y el control fiscal en el sector de las criptomonedas. Ambas directivas buscan erradicar la opacidad que históricamente ha rodeado a los activos digitales, facilitando la detección de la evasión fiscal y el lavado de dinero.
“Los gobiernos de Alemania, Francia y España están aumentando la supervisión, mientras que Portugal y Malta siguen ofreciendo incentivos fiscales a los titulares a largo plazo. Los inversores deben comprender estas leyes para evitar sanciones y gestionar las obligaciones fiscales de forma eficaz”, señala la firma.
DAC8, como parte de la Directiva de Cooperación Administrativa de la Unión Europea, obliga a los proveedores de servicios de criptoactivos, como las plataformas de exchanges, los custodios y servicios de staking, a reportar información detallada sobre las transacciones de sus clientes a las autoridades fiscales, incluyendo datos sobre la identidad de los usuarios, los montos transaccionados y las direcciones de wallets.
COMPRA BITCOINPor su parte, CARF es un estándar global desarrollado por la OCDE para el intercambio automático de información sobre criptoactivos entre países. Con este marco, la UE busca unificar los criterios de reporte a nivel internacional, evitando la fragmentación regulatoria y facilitando la colaboración entre jurisdicciones.
Ambas directivas representan un esfuerzo conjunto para combatir la evasión fiscal y garantizar que los activos digitales contribuyan de manera justa al sistema tributario.
El impacto de DAC8 y CARF en los inversores y empresas de criptomonedas
El impacto de DAC8 y CARF se deja sentir tanto en los inversores individuales como en las empresas que operan en el sector cripto. Para los inversores, estas regulaciones implican una mayor responsabilidad en términos de declaración de sus ganancias y pérdidas en criptomonedas. Las plataformas de exchange deberán proporcionar informes detallados de las transacciones, lo que facilitará el cálculo de los impuestos adeudados.
Sin embargo, los inversores también enfrentan un desafío adicional: la necesidad de comprender las reglas fiscales aplicables en cada jurisdicción. Según el informe, las normas tributarias para las criptomonedas varían significativamente entre países, lo que puede generar confusión y complicaciones. Por ejemplo, en algunos países, las ganancias por la venta de Bitcoin pueden estar sujetas a impuestos sobre las ganancias de capital, mientras que en otros pueden considerarse como ingresos ordinarios.
OPERA CON STABLECOINS“La fiscalidad de las criptomonedas en Europa varía según el país. Si bien la UE busca la alineación regulatoria, cada estado miembro aplica reglas diferentes”, dijo Coincub.
Para las empresas cripto, DAC8 y CARF representan un desafío en términos de cumplimiento normativo, ya que deberán invertir en sistemas más robustos para recopilar, almacenar y reportar la información fiscal requerida.
La transparencia y el cumplimiento normativo en el mercado cripto
Considerando el enfoque de ambas directivas, es conveniente destacar que DAC8 y CARF están transformando el sector cripto en Europa al imponer un nuevo estándar de transparencia. Para las autoridades fiscales, estas regulaciones ofrecen una herramienta poderosa para supervisar las transacciones de criptomonedas y detectar posibles casos de evasión fiscal. Por ejemplo, el reporte obligatorio de transacciones superiores a un cierto umbral permitirá identificar movimientos de capital sospechosos.
Por otro lado, la transparencia no solo beneficiará a los gobiernos, sino también a los inversores y usuarios del sector cripto. Un entorno más transparente aumenta la confianza en las operaciones con activos digitales y fomenta la adopción de estas tecnologías.
Sin embargo, el cumplimiento normativo puede ser un desafío, especialmente para las startups y empresas pequeñas con recursos limitados, considerando que la implementación de sistemas para recopilar y reportar información fiscal puede ser costosa y consume tiempo.
ENLAZA CARD Y EARN“La fiscalidad se divide en cuatro categorías principales: Impuesto sobre las ganancias de capital, Impuesto sobre la renta, IVA e Impuesto de sociedades. Cada país aplica sus propias tarifas y requisitos de presentación de informes, lo que hace que el cumplimiento sea esencial para los inversores y las empresas”, señala Coincub.
La fiscalidad de las criptomonedas en la UE se moderniza
Dado que DAC8 y CARF están adaptando los sistemas tributarios a las características únicas de los activos digitales, ambas directivas están modernizando la fiscalidad de las criptomonedas en Europa.
Tradicionalmente, la falta de regulación específica para las criptomonedas había dificultado la recaudación de impuestos sobre las ganancias generadas por estos activos. Pero con la implementación de estas directivas, las autoridades fiscales tendrán acceso a información más completa y precisa, lo que facilitará la detección de la evasión fiscal y la recaudación de impuestos.
“Para 2025, DAC8 y CARF harán que el cumplimiento de los impuestos sobre las criptomonedas no sea negociable. Los gobiernos tendrán acceso a datos de transacciones en tiempo real, lo que aumentará las auditorías y las sanciones por activos no declarados”, dijo la firma.
En general, el futuro del ecosistema cripto en Europa estará marcado por una mayor regulación y fiscalización. Coincub señala que DAC8 y CARF son solo el comienzo de un proceso de adaptación del marco legal y tributario de la región a la realidad de los activos digitales. Así, a medida que la adopción de las criptomonedas siga creciendo, es probable que veamos nuevas regulaciones y estándares internacionales que busquen abordar los desafíos planteados por estos criptoactivos.
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Uno de los cambios anticipados es una mayor convergencia entre las regulaciones financieras tradicionales y las aplicables a las criptomonedas. Según la firma, es probable que veamos una mayor supervisión de las actividades relacionadas con las criptomonedas por parte de los reguladores financieros, como los bancos centrales y las autoridades de supervisión del mercado de valores.
Otro cambio anticipado es una mayor estandarización de las regulaciones fiscales a nivel internacional. CARF representa un paso importante en esta dirección, pero es probable que veamos nuevos esfuerzos para armonizar las reglas fiscales aplicables a las criptomonedas en diferentes países.
Finalmente, la innovación tecnológica seguirá jugando un papel fundamental en el desarrollo del sector cripto. La tecnología blockchain continúa evolucionando, ofreciendo nuevas oportunidades para crear aplicaciones y servicios innovadores.
La inversión en criptoactivos no está totalmente regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas debido a su alta volatilidad y existe riesgo de perder la totalidad de los importes invertidos.