De promesa a fracaso: la caída de la criptomoneda de Facebook

Meta recibe respaldo de la comunidad cripto al implementar 'Community Notes'

En junio de 2019, Facebook anunció con gran entusiasmo Libra, una criptomoneda que prometía revolucionar las finanzas globales. Respaldada por blockchain y una alianza de gigantes como Visa, PayPal y Uber, Libra buscaba facilitar pagos instantáneos y accesibles a través de WhatsApp y Messenger, aprovechando los más de 2,000 millones de usuarios de la red social. Sin embargo, lo que comenzó como una visión ambiciosa terminó en un rotundo fracaso tres años después, cuando Meta, la empresa matriz de Facebook, vendió los restos del proyecto en 2022.

El sueño de Libra se topó rápidamente con obstáculos insalvables. Reguladores de todo el mundo, desde el Banco Central Europeo hasta la Reserva Federal de EE.UU., expresaron su preocupación por los riesgos de lavado de dinero, la privacidad de los datos y la estabilidad financiera. La escala de Facebook, lejos de ser una ventaja, generó temores de que una moneda privada pudiera desafiar la soberanía monetaria de los países. Pronto, socios clave como PayPal y Visa abandonaron el proyecto, dejando a Libra en una posición vulnerable.

En un intento por sobrevivir, Facebook cambió el nombre a Diem y ajustó su enfoque, proponiendo monedas estables vinculadas a divisas tradicionales en lugar de una criptomoneda global única. Pero ni siquiera estos cambios calmaron a los reguladores ni restauraron la confianza. En enero de 2022, la Asociación Diem vendió sus activos a Silvergate Capital por 200 millones de dólares, marcando el fin de la iniciativa.

La caída de Libra/Diem refleja los desafíos de un gigante tecnológico al irrumpir en un sector altamente regulado. Aunque la tecnología blockchain sigue siendo prometedora, el experimento de Facebook dejó claro que la ambición no basta sin el respaldo institucional. Lo que pudo haber sido una revolución financiera quedó como un recordatorio de los límites del poder digital.