Los gobiernos exploran Bitcoin como activo estratégico: República Checa y Taiwán se suman a la tendencia

La República Checa y Taiwán han comenzado a explorar el uso de Bitcoin en sus reservas soberanas, sumándose a una tendencia global que redefine la arquitectura financiera estatal.

Según varios informes, la República Checa y Taiwán han dado pasos concretos hacia la incorporación de Bitcoin en sus reservas soberanas, marcando un giro estratégico en la forma en que los gobiernos evalúan los activos digitales. Aunque los montos involucrados son modestos y los marcos regulatorios aún están en desarrollo, ambas iniciativas reflejan una tendencia creciente: el interés estatal por entender, pilotar e integrar criptoactivos en la gestión financiera pública.

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República Checa: el primer banco central en incluir Bitcoin en su balance

El Banco Nacional Checo (CNB) anunció esta semana la creación de un portafolio piloto de activos digitales por valor de un millón de dólares. La cartera incluye Bitcoin, además de una stablecoin vinculada al dólar estadounidense y un depósito tokenizado. Según el comunicado oficial, el objetivo es adquirir experiencia directa en la compra, custodia y gestión de activos basados en blockchain.

Este proyecto recibió luz verde por parte de la junta del banco el pasado 30 de octubre y no forma parte de las reservas internacionales existentes. Sin embargo, el gobernador del banco, Aleš Michl, explicó que la iniciativa busca evaluar el potencial de Bitcoin como herramienta de diversificación desde la perspectiva de un banco central. “La idea surgió en enero de 2025. Queríamos probar el Bitcoin descentralizado y entender su posible rol en nuestras reservas”, declaró Michl.

Al implementar este portafolio piloto, el Banco Nacional Checo se convierte en el primer banco central del mundo en integrar Bitcoin en su balance, aunque sea en un contexto de prueba. Esta decisión refleja también la autonomía que mantiene la República Checa respecto al Banco Central Europeo, debido a que el país no ha adoptado el euro como moneda oficial, permitiéndole experimentar con nuevas herramientas financieras de forma independiente.

Taiwán estudia integrar Bitcoin en sus reservas oficiales para fortalecer su economía

Un día antes del anuncio checo, Taiwán reveló planes para estudiar la inclusión de Bitcoin en sus reservas nacionales. La iniciativa, liderada por el legislador Dr. Ju-chun Ko y respaldada por el primer ministro y el banco central, contempla el diseño de una regulación favorable y un piloto con bitcoins incautados que actualmente esperan ser subastados.

Ko argumenta que la volatilidad del dólar taiwanés, la inflación global y los riesgos geopolíticos regionales justifican la exploración de activos alternativos como Bitcoin. En mayo, instó al banco central a evaluar la incorporación de la criptomoneda líder como parte de una estrategia de resiliencia financiera. Actualmente, Taiwán cuenta con una sólida reserva, compuesta por 423 toneladas de oro y 577.000 millones de dólares en divisas, de las cuales la mayoría —el 92%— está invertida en bonos del Tesoro estadounidense.

Lo más importante, según Ko, es que la incorporación de Bitcoin no busca sustituir a los activos tradicionales como el oro o los bonos, sino complementarlos. El legislador destacó que su naturaleza descentralizada y su oferta limitada convierten a esta criptomoneda en una herramienta valiosa para mitigar impactos económicos inesperados y aportar mayor estabilidad al sistema financiero taiwanés.

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De EEUU a Asia: se expande el interés estatal por Bitcoin como activo estratégico

Las iniciativas de la República Checa y Taiwán, de incorporar a Bitcoin a sus balances soberanos, se suman a una tendencia que ha ganado tracción en los últimos años. En marzo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin, absorbiendo más de 17.000 millones de dólares en activos incautados en ese momento. Esta medida formalizó el uso de Bitcoin como parte del patrimonio estatal, aunque con un enfoque más patrimonial que monetario.

Asimismo, países como El Salvador y Bután también han explorado el uso de Bitcoin como activo estratégico. El Salvador, por ejemplo, lo adoptó como moneda de curso legal en 2021 y ha promovido su uso como herramienta de inclusión financiera y desarrollo económico. Bután, por su parte, ha utilizado la minería de Bitcoin como fuente de ingresos y como parte de su estrategia de innovación tecnológica.

Tesorerías soberanas de Bitcoin.
Fuente: Bitcoin Treasuries

Otras naciones también ha manifestado interés en Bitcoin como instrumento para combatir la inflación y reducir la dependencia de los bancos centrales. Aunque las políticas en estas jurisdicciones aún están en evolución, el discurso ya incorpora a Bitcoin como parte del debate económico nacional.

Estos precedentes han servido como referencia para legisladores y funcionarios en República Checa y Taiwán, que citan la experiencia internacional como argumento para avanzar en sus propios estudios y pilotos.

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Construyendo una nueva arquitectura financiera estatal

La inclusión de Bitcoin en portafolios soberanos aún está en fase exploratoria, pero los movimientos recientes indican un cambio de actitud por parte de los gobiernos. Lo que antes era considerado un activo especulativo, ahora comienza a ser evaluado como una herramienta de diversificación, resiliencia y modernización financiera.

Los bancos centrales adoptan enfoques variados. Algunos, como el Banco Central de Bahamas (CNB), implementan proyectos piloto cuidadosamente controlados para explorar el potencial y los riesgos de los criptoactivos. Otros, como Taiwán, se concentran en desarrollar marcos regulatorios y estrategias graduales para integrar estas nuevas tecnologías en sus finanzas públicas. En todos los casos, el interés por comprender el funcionamiento real de las criptomonedas y su posible papel en la gestión estatal es evidente y creciente.

Todo esto evidencia que la narrativa global sobre Bitcoin está evolucionando. De ser un activo solo para inversores privados o particulares, ahora está ganando terreno en debates de política económica y planificación financiera pública. Aunque persisten desafíos técnicos, regulatorios y geopolíticos, el proceso para incorporar Bitcoin y otros criptoactivos en las finanzas soberanas ya está en marcha y promete transformar la manera en que los gobiernos gestionan sus recursos.