Estos son los países que están comprando más Bitcoin en secreto y por qué debería importarte

Estos son los países que están comprando más Bitcoin en secreto y por qué debería importarte

Los gobiernos siguen acumulando miles de millones en Bitcoin. Un informe de Arkham Intelligence revela las estrategias de países como EE.UU. y El Salvador, que navegan el mundo cripto entre la incautación y la adopción.

Lejos de ser únicamente un activo refugio para inversores o una herramienta para fondos de cobertura, Bitcoin se ha consolidado silenciosamente en las arcas de varias naciones. 

Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido emergen como «ballenas» inesperadas en el ecosistema cripto, aunque su acumulación, por el momento, responde más a la aplicación de la ley que a una estrategia de inversión. 

Un informe reciente de la firma de análisis on-chain Arkham Intelligence, mapea estas tenencias gubernamentales y revela un panorama de estrategias divergentes. Los datos muestran dos caminos muy distintos: la gestión pragmática de activos incautados y la adopción estratégica directa.

Sin embargo, pese a estas divergencias, el hecho de que los gobiernos nacionales manejen carteras de Bitcoin valoradas en miles de millones de dólares demuestra el grado de maduración del activo digital. Bitcoin ya no es una curiosidad digital; es un bien tangible que los departamentos de justicia y los ministerios de finanzas deben gestionar, liquidar o, en algunos casos, atesorar dentro de sus portafolios estratégicos. 

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Bitcoin en manos del Estado: Los gigantes soberanos de la cripto líder

El gobierno de Estados Unidos lidera la lista de los mayores titulares soberanos de Bitcoin con una reserva asombrosa de 326.588 BTC, valorada en más de 37.120 millones de dólares. 

Aunque el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva en marzo para crear una Reserva Nacional de Bitcoin, la fortuna digital que posee el país no proviene de compras en el mercado abierto, sino de decomisos en operaciones de alto perfil. Estas operaciones federales incluyen la notoria intervención del mercado de la ruta de la seda, Silk Road, y una reciente incautación de 127.271 BTC a Chen Zhi, quien operaba una red internacional de estafas con criptomonedas, lavado de dinero y explotación laboral.

Sin embargo, pese a ser producto de incautaciones, las reservas de BTC de Estados Unidos ya no se manejan a través de subastas periódicas para generar ingresos sustanciales para el Tesoro. Más bien, gracias a la orden ejecutiva de Trump, estos bitcoins ahora se manejan de forma más estratégica, con miras a posicionar a Estados Unidos a la vanguardia del mercado cripto global.

El presidente Trump ha establecido la Reserva Nacional de Bitcoin, reconociendo la importancia y el potencial de la criptomoneda como un nuevo tipo de activo de valor, y comprometiéndose a no vender la tenencia actual del país, sino a explorar las ventajas que ofrece y que van más allá de las finanzas tradicionales.

Tenencia actual de Bitcoin por países.
Fuente: Bitcoin Treasuries

En Asia, China se destaca por haber acumulado aproximadamente 190.000 BTC, lo que equivale a más de 21.500 millones de dólares. Aunque gran parte de esas reservas provienen de incautaciones relacionadas con actividades judiciales y regulatorias, lo que muestra cómo el mercado ha sido moldeado por las acciones regulatorias en la región, también evidencia una confianza significativa en el activo digital.

En Europa, el Reino Unido también posee una cantidad notable de Bitcoin, con más de 61.000 BTC valorados en cerca de 7.000 millones de dólares. Estas reservas también provienen de confiscaciones vinculadas a actividades ilícitas, pero su presencia en el mercado indica que, más allá de los orígenes, Bitcoin se ha consolidado como un activo con interés y potencial tangible para inversores y entidades reguladoras por igual.

Por otro lado, Ucrania mantiene reservas de unos 46.000 BTC, con un valor cercano a los 5.000 millones de dólares, desde 2021. Hasta la fecha, estos fondos permanecen sin movimientos, una actitud que puede estar reflejando una estrategia de conservación más que de inversión activa, consolidando la percepción de Bitcoin como un refugio seguro y una reserva de valor en tiempos de incertidumbre.

De acuerdo a los datos, para la mayoría de estas potencias, Bitcoin no es, aún, una reserva de valor estratégica, sino más bien un botín de guerra digital.

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El Salvador y Bitcoin: redefiniendo la economía nacional

Al otro lado del espectro estratégico se encuentra El Salvador. Con una reserva mucho más modesta de 6.361 BTC, valorada en aproximadamente 723 millones de dólares, la nación centroamericana representa una filosofía radicalmente opuesta. A diferencia de las potencias occidentales, El Salvador no ha incautado su Bitcoin; lo ha comprado. Bajo la administración del presidente Nayib Bukele, el país hizo historia al adoptar a BTC como moneda de curso legal.

En otras palabras, la estrategia salvadoreña no es la gestión de pasivos criminales, sino una apuesta económica activa. El objetivo declarado es múltiple: impulsar el crecimiento económico, fomentar la inclusión financiera en una población mayoritariamente no bancarizada y atraer inversión extranjera ligada a la industria cripto. Cada compra anunciada por Bukele es una declaración política, un movimiento deliberado para construir un tesoro nacional basado en un activo digital y completamente descentralizado.

Por otro lado, Bután se destaca por su compromiso con la minería de Bitcoin utilizando energía limpia. Con una reserva cercana a 6.220 BTC, fruto de su minería sostenible, este pequeño reino del Himalaya apuesta por una economía digital responsable con el medio ambiente. 

La generación de BTC mediante fuentes renovables no solo fortalece la reserva nacional, sino que también coloca a Bután en el mapa mundial como un referente en la búsqueda de tecnologías verdes aplicadas al sector cripto. Su enfoque demuestra que es posible combinar innovación financiera con conciencia ecológica, proyectando un modelo inspirador para otras naciones.

La adopción de Bitcoin fortalece la independencia económica de los países

Para los expertos, cuando un país decide incorporar Bitcoin a sus reservas oficiales, está dando un paso audaz hacia la modernización y protección de su economía. Reconoce en esta moneda digital no solo un activo alternativo, sino una forma sólida de preservar su riqueza frente a las fluctuaciones y la inflación de su moneda local. Bitcoin, con su oferta limitada y su naturaleza descentralizada, ofrece una barrera contra la devaluación causada por la emisión descontrolada de dinero.

Esta elección también permite a los países ganar un nivel mayor de autonomía económica, reduciendo su vulnerabilidad ante tensiones geopolíticas.

Además, la adopción institucional de Bitcoin impulsa el desarrollo tecnológico y financiero dentro del país. Se crea un entorno propicio para la innovación, la inversión y la mejora de la infraestructura digital, lo que a largo plazo fortalece la economía y la posición en el mundo digital.

Así, la integración soberana de Bitcoin no solo protege el patrimonio nacional, sino que abre las puertas a nuevas oportunidades de crecimiento y resiliencia en un entorno económico global cada vez más cambiante y digitalizado.

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