¿Nueva York cobrará impuestos por tus criptos? Esto es lo que se está debatiendo ahora

¿Nueva York cobrará impuestos por tus criptos? Esto es lo que se está debatiendo ahora

Legisladores en Nueva York han propuesto un impuesto del 0,2% sobre transacciones de criptomonedas para financiar programas escolares. Conoce los detalles y el contexto regulatorio de esta nueva propuesta. 

Un grupo de legisladores en el estado de Nueva York presentó un proyecto para imponer un impuesto del 0,2% sobre las transacciones de criptomonedas y otros activos digitales, como Bitcoin, Ethereum y NFTs, que entrará en vigor a partir del 1 de septiembre de este año si recibe el visto bueno de la Asamblea Estatal.

Dicha medida busca financiar programas escolares, específicamente dedicados a la prevención e intervención contra el abuso de sustancias en las escuelas del norte del estado. La propuesta ha generado gran expectación debido a su potencial impacto fiscal y regulatorio en uno de los mayores centros financieros y cripto del mundo.

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Ley #8966: nuevo impuesto para la venta y transferencia de criptomonedas

El grupo, liderado por el diputado Phil Steck, presentó en la Asamblea Estatal de Nueva York el proyecto de ley #8966, que propone implementar un impuesto del 0,2% sobre las transacciones con activos digitales, incluyendo las ventas y la transferencia de activos.

Según el borrador de la ley, se busca modificar la Ley del Impuesto sobre Sociedades adicionando un nuevo artículo para establecer el impuesto cripto. Además, dicho impuesto se aplicará a las plataformas y entidades que facilitan este tipo de operaciones digitales con criptomonedas y, si la ley se aprueba, su vigencia comenzaría el 1 de septiembre.

Por otro lado, este proyecto de ley propone una manera novedosa de recaudar fondos, destinando esos recursos —que se estima podrían alcanzar los 158 millones de dólares anuales— a programas de prevención e intervención contra el abuso de sustancias en las escuelas del norte del estado. De esta forma, se aprovecha el auge del sector cripto en el centro financiero neoyorquino para fomentar el bienestar social.

La iniciativa enfrenta ahora el proceso legislativo habitual: debe ser revisada por comités, votada en la Asamblea Estatal de Nueva York y en el Senado, y finalmente obtener la aprobación del gobernador. 

En general, este proyecto de ley representa un intento equilibrado de adaptar la regulación fiscal a la economía digital emergente, sin perder de vista su impacto positivo en la comunidad.

Nueva York apoya la innovación cripto con un estricto control

Nueva York no solo es sinónimo de rascacielos, Wall Street y poder financiero. En los últimos años, también ha empezado a escribir su historia en el universo cripto. El estado se ha convertido en un epicentro donde la tradición financiera y la innovación digital se cruzan con fuerza. Su marco regulatorio, conocido por ser exigente pero meticulosamente diseñado, busca algo más que control: quiere garantizar que la evolución tecnológica ocurra sin perder de vista la seguridad, la legalidad y la estabilidad para quienes invierten y operan en este ecosistema.

Este enfoque ha obligado a muchas empresas del sector cripto a repensar sus estrategias. Algunas han ajustado sus operaciones para poder crecer dentro de un entorno que no perdona improvisaciones, pero que premia la adaptación inteligente. La reciente propuesta de aplicar impuestos específicos a las actividades relacionadas con activos digitales no es una excepción, sino que forma parte de una tradición regulatoria que, lejos de frenar el avance, podría convertirse en modelo para otras regiones que aún no saben cómo abordar este fenómeno.

En medio de este panorama, las palabras del alcalde Eric Adams resuenan con fuerza. Su visión de convertir a Nueva York en la capital mundial de las criptomonedas no es solo una frase ambiciosa; es una declaración de intenciones que refleja cómo la ciudad que durante décadas ha liderado las finanzas tradicionales ahora quiere marcar el ritmo en el nuevo orden digital.

Así, la ciudad sigue evolucionando como un laboratorio vivo donde la innovación y la regulación no se enfrentan, sino que se complementan. Un espacio donde las reglas no son un obstáculo, sino el marco que permite construir con solidez. Y donde el futuro financiero —tradicional o descentralizado— se diseña con visión, responsabilidad y ambición.

La nueva era fiscal digital

La iniciativa del estado de Nueva York se suma a una corriente global que busca mayor control y claridad en el manejo de los activos digitales. En distintos lugares del mundo se están implementando medidas para asegurar que las operaciones con criptomonedas sean más transparentes y estén debidamente registradas, con la finalidad de fomentar una interacción más responsable con el mercado. 

El ejemplo más notable de esta corriente de fiscalización cripto es España y Europa, que están intensificando la fiscalización de las criptomonedas para lograr mayor transparencia y reducir la evasión fiscal. En 2025, España destaca como pionera en esta área, implementando normativas que obligan a las plataformas de intercambio de activos a reportar detalladamente todas las operaciones de sus usuarios, incluyendo identidad, saldos y movimientos, tanto en euros como en criptomonedas. Esta obligación se extiende incluso a exchanges extranjeros que operen con residentes españoles, lo que amplía sustancialmente el control tributario.

Como ha informado este medio, esta iniciativa española está alineada con la directiva europea DAC8 y el Reglamento MiCA, que buscan establecer un marco común para la supervisión y regulación de los mercados de criptoactivos en toda la Unión Europea. 

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España ya puede emitir licencias y supervisar a los proveedores de servicios cripto desde finales de 2025, impulsando así la seguridad jurídica. Este esfuerzo por regular el sector también incluye medidas para combatir el uso anónimo e ilícito de las criptomonedas, como la identificación obligatoria de carteras digitales para transacciones superiores a 1.000 euros y límites a la privacidad en cajeros automáticos de criptomonedas.

En conjunto, estas iniciativas fiscales buscan incentivar un uso consciente y transparente de las criptomonedas, consolidando un entorno para el desarrollo responsable y sostenible del sector.