Ni EE.UU. ni China: el nuevo gigante silencioso del Bitcoin te va a sorprender

Bután es un pequeño reino ubicado en las montañas del Himalaya. Es tan solo una nación de casi 41 mil kilómetros cuadrados. Es decir, que su tamaño es el de un tercio del estado de Nueva York y la mitad de la comunidad de Castilla y León. Con predominio religioso del budismo, específicamente la escuela Drukpa o budismo Vajrayana, este pequeño país del sur de Asia ha tenido tradicionalmente una economía basada en la sostenibilidad y enfocada en el respeto integral de la naturaleza.

Su actuación en el panorama económico mundial era casi nula hasta el año 2020. Sin salida al mar y con vecinos enormes como China y la India, la mayoría del país vive de la agricultura y ha tenido a la silvicultura como norte, ya que para los budistas Vajrayana cultivar, manejar de manera eficiente y conservar los recursos naturales es parte de su dogma.

Energía hidroeléctrica como inicio

En la década de los años 60 del siglo XX, las autoridades de Bután comprendieron que debía actuar en lo económico a gran escala para obtener ingresos. Por eso surge la idea de explotar la energía hidroeléctrica, una fuente de energía renovable y evidentemente más ecológica que las proporcionadas por combustibles fósiles.

Todo ha ido bien en este sentido y en 2007 se construye la represa de Tala con una generación de energía de aproximadamente 800.000 megavatios (MW). Sin embargo, el pequeño país produce cerca de 1.600 gigavatios-hora (GWh) de energía hidroeléctrica al año, principalmente, gracias al aprovechamiento de los recursos hídricos en diversos proyectos que no van en detrimento del medio ambiente y no dejan huella de carbono.

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Del total producido, casi el 70% de esta energía hidroeléctrica generada en Bután se exporta a la India y esto constituye una de las principales fuentes de ingresos para la economía de Bután. Sin embargo, en 2009, hace su irrupción en el mundo un misterioso personaje llamado Satoshi Nakamoto, quien lanzó un proyecto de finanzas descentralizadas (DeFi) sin intermediación de los bancos, autoridades o terceros y que llevaba por nombre Bitcoin, con una moneda digital denominada BTC. Ni los habitantes, ni las autoridades butanesas sabía en ese momento qué significaba aquel hecho para ellos.

Bután y Bitcoin en cifras

Con una población cercana a los 800.000 habitantes, Bután ha acumulado una reserva de más de 12.200 bitcoins, cuyo valor para la última semana de marzo de 2025 supera los 1.000 millones de dólares.

Esto significa que una nación del tamaño de una ciudad promedio en occidente y con la mitad de su población tiene BTC que representan el 34% de su Producto Bruto Interno (PBI). Sin medidas mediáticas y mesiánicas, Bután cuenta con más tokens de la blockchain Bitcoin que El Salvador, el primer estado en adoptar este activo digital como moneda de curso legal, lo cual hizo con bombos y platillos en septiembre de 2021 y cuyas reservas alcanzan los 5.944 bitcoins.

El quinto país con más bitcoins en el mundo

Según datos de Bitcoin Treasuries, una plataforma que se encarga de recopilar información relevante de inversiones hechas por empresas y países en BTC, Bután ocupa el quinto lugar global en tenencia de estos activos. Esto quiere decir que, solo es superado por potencias mundiales como Estados Unidos, China, Reino Unido y Ucrania.

El interés por acumular y minar Bitcoin surgió en Bután en 2020 y a partir de su producción y exportación de energía limpia. En ese año predominó la discusión sobre el protocolo de validación de las transacciones en la red Bitcoin llamado PoW que consumía enormes cantidades de energías con respecto al usado por Ethereum (ETH), Cardano (ADA), Polkadot (DOT), Solana (SOL) y Tezos (XTZ), entre otras.

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En enero de 2025, la Región Administrativa Especial de Gelephu, organismo que, junto al Royal Monetary Authority of Bhutan (Autoridad Monetaria Real de Bután) actúa como banco central de la nación, anunció la incorporación de criptomonedas como Bitcoin y Ethereum a su tesorería. Ambas entidades tienen como política el compromiso con la sostenibilidad y la innovación.

La Región Administrativa Especial de Gelephu es la específica en el manejo de criptomonedas y señalaron que, gracias a su ubicación estratégica que conecta a las economías emergentes del sur de Asia, Bután tiene una oportunidad excepcional para atender a más de 2.000 millones de personas en la región. Su meta principal, no obstante, es impulsar el uso de la tecnología blockchain y robustecer la economía local a través de la minería de Bitcoin y, posiblemente, otras criptomonedas.

El factor clave detrás del éxito de Bután con Bitcoin

¿Si para minar Bitcoin se necesita más energía eléctrica que para minar otras criptomonedas como es que Bután se jacta de hacerlo de manera sustentable? La respuesta radica en su compromiso con la sostenibilidad, y respaldado a su abundante recurso energético: la energía hidroeléctrica que se genera de manera limpia y sin producción de gases de efecto invernadero (GEI).

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Bután se beneficia de un impresionante potencial hidroeléctrico que genera casi 24.000 megavatios. Este volumen de energía es suficiente para cubrir dos veces la demanda energética de ciudades como Nueva York, Tokio, Shanghái, Los Ángeles y Londres. Este recurso fue, entonces, el pilar que llevó al país a adentrarse en la minería de Bitcoin en el año 2020.

Los resultados han sido sobresalientes para la economía de Bután: las operaciones en la red de BTC generan entre 55 y 75 tokens cada semana. Esto equivale a ingresos de entre 3,6 y 4,9 millones de dólares cada 7 días.

Desde 2020 hasta hoy, Bután ha logrado minar y quedarse con las comisiones de un total de 27.727 BTC. Este éxito, sin embargo, ha sido posible gracias a alianzas estratégicas con destacados pools de minería como Braiins, AntPool y Foundry, que no solo han garantizado altos rendimientos, sino también una operación sostenible basada en energía limpia y libre de carbono.

El socio silencioso de Bitcoin

Gracias a los ingresos obtenidos a través de la minería de Bitcoin, el gobierno de Bután consiguió mejoras significativas en lo social y económico. Entre estas destacan el aumento de los salarios de los empleados públicos, que llegaron hasta un 50%, generaron nuevos puestos de trabajo en el ámbito tecnológico y reforzaron sus reservas económicas. Asimismo, la pequeña nación dio una lección al mundo industrializado al posicionarse como un ejemplo de minería sostenible para las criptoperaciones.

De cara al futuro, el país está expandiendo su capacidad de minería cripto. Se estima que para finales de 2025, Bután alcance una capacidad minera de 600 megavatios. En este sentido, destacan los proyectos clave como una mina de 100 megavatios en Gedu y el Parque Industrial de Jigmeling. El primero será desarrollado en colaboración con Bitdeer, empresa que se centra en soluciones para la blockchain y el segundo tendrá una capacidad de 500 megavatios y estará operativo a mediados de este año.