
Kazajistán está creando un fondo nacional de criptomonedas de hasta $1.000 millones, financiado con activos incautados y minería estatal.
El gobernador del Banco Nacional, Timur Suleimenov, dijo en una entrevista con Bloomberg en Londres, que el país está creando una Reserva Nacional de Criptomonedas con un capital estimado entre $500 y $1.000 millones de dólares, que se financiará con activos incautados y repatriados, además de ingresos provenientes de la minería estatal de criptomonedas.
La propuesta, explicó Suleimenov, sigue al modelo establecido por Estados Unidos y no contempla la compra directa de criptomonedas como Bitcoin o Ethereum. En su lugar, el fondo invertirá en instrumentos financieros regulados, como fondos cotizados en bolsa (ETF) y acciones de empresas vinculadas al ecosistema digital. La estrategia fue diseñada con la visión de capitalizar el crecimiento del sector de las criptomonedas, sin asumir los riesgos asociados a la volatilidad de estos activos. Además, explicó que la gestión estará a cargo de una filial estatal especializada en inversiones alternativas, bajo estrictos criterios de regulación y transparencia.
En sus declaraciones, Suleimenov reveló que el lanzamiento del fondo está previsto para finales de 2025 o comienzos de 2026, y contará con el respaldo del Centro Financiero Internacional de Astana (AIFC), que proporciona un marco legal autónomo para el desarrollo de innovaciones financieras. A través de esta arquitectura institucional, Kazajistán podrá avanzar con cautela, pero de forma decidida, hacia una integración estratégica de activos digitales en su economía soberana.
Crea tu reserva de Bitcoin como Kazajistán aquíUna estrategia de diversificación con mirada regional
Desde 2021, Kazajistán ha ganado protagonismo en el mapa global de la minería de criptomonedas, especialmente tras las restricciones impuestas por China. El país se posicionó como uno de los principales destinos para operaciones mineras, lo que impulsó la necesidad de regular el sector y canalizar sus beneficios hacia el desarrollo económico nacional.
La creación del fondo nacional de criptoactivos se inscribe en esta evolución. Más que una apuesta especulativa, representa una estrategia de diversificación económica en un contexto marcado por presiones internacionales para reducir la producción petrolera. Con un crecimiento económico del 5,6% en el primer trimestre de 2025 —el más alto desde 2012—, Kazajistán busca consolidar ese impulso mediante la institucionalización de activos digitales.
El uso de activos incautados y repatriados como fuente de financiación revela una voluntad política de transformar recursos improductivos en herramientas de inversión. Esta decisión también responde a la necesidad de atraer capital extranjero, fortalecer la infraestructura tecnológica local y posicionarse como un centro financiero regional especializado en blockchain y activos digitales.
Al priorizar ETFs y acciones de empresas del sector, el fondo evita la exposición directa a la volatilidad de las criptomonedas, lo que refuerza su perfil institucional. Esta cautela podría convertirlo en un modelo replicable para otras economías emergentes que buscan integrar activos digitales sin comprometer su estabilidad financiera.
Crece la demanda soberana de BTC: opera aquíHacia una arquitectura financiera digital y soberana
La iniciativa kazaja no solo tiene implicaciones económicas, sino también geopolíticas. En un entorno global donde los activos digitales ganan terreno como instrumentos de reserva, Kazajistán se suma al reducido grupo de países que exploran seriamente su inclusión en estructuras soberanas. Esta decisión podría abrir nuevas vías de cooperación internacional, especialmente con actores del sector fintech y fondos de inversión interesados en mercados regulados y emergentes.
Además, el respaldo del AIFC proporciona una base jurídica sólida para el desarrollo del fondo, lo que facilita la atracción de inversores institucionales. La flexibilidad del capital inicial —entre $500 y $1.000 millones— permite al gobierno ajustar sus estrategias según la evolución del mercado y el rendimiento de la minería cripto estatal, regulada desde 2022.
A través de este enfoque, el país también refleja una transformación en su visión estatal sobre los activos digitales. En lugar de considerarlos como elementos marginales o especulativos, Kazajistán los incorpora como parte de su arquitectura financiera, con una lógica de largo plazo y bajo supervisión institucional. En suma, la iniciativa podría marcar un punto de inflexión en la forma en que los países gestionan sus reservas, combinando innovación tecnológica con prudencia fiscal.
Si el fondo entra en funcionamiento en los plazos previstos, Kazajistán podría convertirse en un referente regional en la administración soberana de activos digitales, una posición estratégica que no solo fortalecería su economía, sino que también lo proyectaría como un actor relevante en la evolución global de las finanzas digitales.
Bitcoin se legitima: opera con BTC en Bit2Me

