Un experto en inversión analizó el histórico crash de más de $19.000 millones en cripto, explicando por qué fue solo un «ruido» pasajero y no una catástrofe para este emergente y revolucionario mercado.
Matt Hougan, director de inversiones en Bitwise, observa una realidad clara en medio del reciente caos del mercado cripto: más allá del ruido y las grandes pérdidas, el futuro del dinero está definiéndose sobre tres pilares sólidos. Para él, no se trata de dejarse arrastrar por el pánico de eventos como la liquidación récord de más de $19.000 millones de dólares en posiciones apalancadas, que sufrió el mercado el pasado 10 de octubre, sino de entender que estos episodios son simplemente movimientos volátiles dentro de un ecosistema que evolucionará con o sin ellos.
El primer pilar es Bitcoin, que se está consolidando cada vez más como la alternativa digital ante la constante depreciación de las monedas fiduciarias, como el dólar. Esta criptomoneda se perfila como una reserva de valor resistente que protege contra la pérdida del poder adquisitivo tradicional.
El segundo pilar es la explosión próxima de las stablecoins, que apuntan a revolucionar la manera en que hacemos pagos globales, aportando rapidez y eficiencia en transacciones que ahora pueden ser lentas y costosas. Por último, la tokenización de activos transforma los mercados tradicionales: acciones, bonos y otros instrumentos serán negociados en nuevas plataformas digitales, facilitando el acceso y volviéndolos más transparentes y ágiles.
Crea tu cuenta y accede a cripto, el futuro del dinero, aquíAunque los titulares recientes han destacado la volatilidad y el pánico, Hougan insiste en que estos sacudones provienen del «lado casino» del sector cripto, una zona ruidosa, pero desvinculada de la evolución que impulsa la verdadera innovación financiera. La visión que él propone es a largo plazo, con una mirada que no se nubla por las tormentas pasajeras. Entonces, más allá del ruido, está el cambio profundo que redefinirá el dinero y los activos como los conocemos.
El tuit que desató la tormenta en las criptomonedas
Todo comenzó el viernes, 10 de octubre, por la tarde, un momento en que los mercados tradicionales de Wall Street ya habían cerrado sus puertas y el mundo financiero se preparaba para un fin de semana tranquilo. Fue entonces cuando el presidente Trump, a través de su cuenta en Truth Social, lanzó un tuit que actuaría como un detonador: una amenaza de imponer aranceles del 100% a todos los productos importados de China.
La publicación de Trump, una respuesta directa a las amenazas de Pekín de cortar las exportaciones de metales de tierras raras, vitales para la tecnología estadounidense, se sintió como una escalada dramática en la guerra comercial global.
En un mercado de acciones cerrado, los operadores, ansiosos por protegerse o especular ante la noticia, buscaron el único lugar que nunca duerme: el mercado de criptomonedas. La reacción fue inmediata y brutal. El precio de Bitcoin se desplomó. Esta caída inicial activó una reacción en cadena devastadora. Inversores que operaban con un alto apalancamiento —apostando con dinero prestado para multiplicar sus ganancias potenciales hasta por 100— vieron cómo sus posiciones eran liquidadas automáticamente por las plataformas para cubrir las pérdidas.
Hougan explica que esta venta forzada masiva inundó el mercado de órdenes de venta, empujando los precios aún más abajo en una espiral descendente. En total, casi $20.000 millones en posiciones apalancadas fueron borrados del mapa, registrando la mayor liquidación de este tipo en la historia del mercado. Bitcoin llegó a caer un 15%, pero a las altcoins les fue peor; Solana, por ejemplo, se hundió hasta un 40% en su punto más bajo.
Sin embargo, tan rápido como llegó la tormenta, se disipó. Durante el fin de semana, la administración Trump rebajó el tono de la guerra comercial y la confianza regresó. Para el lunes por la mañana, Bitcoin ya cotizaba nuevamente cerca de los $115.000, casi como si el «flash crash» nunca hubiera ocurrido. Esta recuperación vertiginosa dejó una pregunta flotando en el aire, una que Matt Hougan se ha dedicado a responder: ¿realmente importó este evento?
Opera Bitcoin, stablecoins y altcoins con confianza en Bit2MeEl diagnóstico de un experto: 3 preguntas para separar la señal del ruido
La respuesta de Hougan, en este caso, es un rotundo «no». Y no es una conclusión visceral, sino el resultado de aplicar una lista de verificación diseñada para determinar si un movimiento de mercado es un problema pasajero o una señal de una crisis estructural profunda. Para ello, se plantea tres preguntas fundamentales.
La primera: ¿Colapsó algún jugador importante del sistema? En momentos de alta tensión, la primera preocupación es la salud de las grandes instituciones. Un fondo de cobertura, un custodio o un creador de mercado relevante que quiebre puede generar un efecto dominó, minando la confianza en todo el ecosistema.
Según Hougan, las investigaciones de Bitwise confirmaron que, aunque hubo pérdidas, el daño se contuvo principalmente en inversores individuales y especuladores. Ninguna firma sistémica colapsó. Todas sobrevivieron para operar al día siguiente, lo que fue crucial para la rápida recuperación del mercado cripto.
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La segunda pregunta es: ¿Cómo se comportó la tecnología subyacente? Un evento de volatilidad extrema es la prueba de fuego definitiva para las blockchains. ¿Pudieron las redes manejar el volumen masivo de transacciones? y ¿Funcionaron los exchanges descentralizados (DeFi) como se esperaba? En respuesta a estas interrogantes, Hougan le da a la tecnología una «nota aprobatoria».
Plataformas DeFi clave como Uniswap, Aave e Hyperliquid operaron sin problemas y no reportaron pérdidas. Si bien algunos jugadores centralizados como Binance experimentaron dificultades técnicas y tuvieron que compensar a los comerciantes, el rendimiento general fue tan bueno o incluso mejor de lo que se esperaría de los mercados tradicionales en una situación similar. Es decir, la infraestructura fundamental del ecosistema blockchain resistió.
Finalmente, la tercera pregunta es más un barómetro humano: ¿Cómo luce mi bandeja de entrada? Hougan explica que si su teléfono y correo electrónico se inundan de mensajes de inversores profesionales en pánico, es una señal de que el miedo es real y profundo, y que el mercado necesitará tiempo para sanar.
En esta ocasión, la respuesta fue el silencio. «Crickets«, como él lo describe. Hubo un gran interés de los medios y mucho ruido en el «Crypto Twitter», pero los inversores institucionales, aquellos con una visión a largo plazo, ignoraron en gran medida el drama. En otras palabras, estos inversores entendieron que era un evento técnico y no un cambio significativo en el mercado.
Entra aquí y opera cripto con respaldo, visión y liquidezLa visión a largo plazo: Más allá de la volatilidad de precios
La conclusión del análisis publicado por Hougan es que el «flash crash» no tendrá consecuencias duraderas. Fue un episodio espectacular generado por el «lado casino» del mercado cripto, con operadores cortoplacistas con exceso de apalancamiento que fueron barridos por un shock externo.
Según Hougan, no cambió nada sobre los factores que impulsan el valor real y a largo plazo de las criptomonedas. De hecho, subraya que las fuerzas estructurales de este mercado siguen intactas: un entorno regulatorio que mejora progresivamente, una creciente asignación de capital por parte de inversores institucionales y una conciencia cada vez mayor de que la tecnología cripto está destinada a revolucionar los mercados tradicionales.
Así, a pesar de la caída registrada el pasado 10 de octubre, en lo que va de 2025, Bitcoin acumula una ganancia del 21%, y el índice Bitwise 10 de las criptomonedas más grandes ha subido un 22%. La volatilidad a corto plazo puede persistir mientras los creadores de mercado, más cautelosos tras el evento, retiran liquidez, lo que podría exagerar los movimientos de precios en los próximos días.
Sin embargo, como concluye Hougan, una vez que el polvo se asiente y el mercado recupere el aliento, la atención volverá a centrarse en los fundamentos. La narrativa no girará en torno a tuits y liquidaciones, sino en la tecnología, la adopción y la transformación financiera. Cuando eso suceda, el mercado alcista, impulsado por una tesis de inversión sólida y no por la especulación efímera, continuará su marcha, finalizó Hougan.
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