La economía digital está viviendo un momento decisivo, y en el centro de esta transformación se encuentran las stablecoins.
Estas monedas digitales, respaldadas por dólares estadounidenses o bonos del Tesoro, han dejado de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en instrumentos clave de política monetaria y expansión financiera. Así lo afirman Goldman Sachs y el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, quienes ven en ellas el motor de una nueva “fiebre del oro” que podría redefinir el sistema financiero global.
De la fiebre del oro a la revolución digital
La analogía de las stablecoins con la “fiebre del oro” no es casual. Al igual que en el siglo XIX, cuando el oro impulsó la expansión económica y la consolidación institucional de Estados Unidos, hoy las stablecoins prometen un efecto similar: atraer capital, fortalecer el dólar y estimular la demanda de bonos del Tesoro. Esta visión estratégica se apoya en un marco regulatorio emergente que busca dar legitimidad y estabilidad a un mercado que, hasta hace poco, operaba en los márgenes del sistema financiero tradicional.
Crea tu cuenta y opera con stablecoinsLa Ley GENIUS, recientemente impulsada por el Tesoro, es el catalizador de esta transformación. Diseñada para establecer reglas claras y uniformes, esta legislación convierte a las stablecoins en activos regulados, seguros y atractivos para instituciones financieras, plataformas de pagos y usuarios globales.
Para Goldman Sachs, esta convergencia entre regulación, tecnología y política monetaria representa una oportunidad histórica, no solo para expandir el uso del dólar digital, sino para consolidar el liderazgo de Estados Unidos en la economía descentralizada.
GENIUS Act: el puente entre la Web3 y las finanzas tradicionales
La aprobación de la Ley GENIUS no solo marca un antes y un después en la regulación de criptomonedas en Estados Unidos, sino que redefine el papel de las stablecoins en la arquitectura financiera global. Hasta ahora, estas monedas digitales eran vistas como herramientas de trading o instrumentos de nicho. Hoy, gracias a esta innovadora regulación, se convierten en vehículos de estabilidad, inclusión financiera y expansión institucional.
El principio central de la ley GENIUS es claro: toda stablecoin debe estar respaldada 1:1 por dólares estadounidenses o bonos del Tesoro. Esta exigencia no solo garantiza transparencia y seguridad para los usuarios, sino que crea una demanda estructural de activos soberanos. En otras palabras, cada stablecoin emitida representa una compra directa de deuda pública estadounidense, fortaleciendo el mercado de bonos y ofreciendo al gobierno una nueva fuente de financiamiento.
Según el Financial Times, Bessent cree que este mecanismo genera un círculo virtuoso. A medida que crece el uso de stablecoins —ya sea para pagos internacionales, remesas, comercio electrónico o tesorerías corporativas— aumenta la necesidad de adquirir bonos del Tesoro para respaldarlas. Esto no solo estabiliza el valor de las monedas digitales, sino que convierte a Estados Unidos en el principal beneficiario de su expansión. Esto quiere decir que, para Bessent, este modelo representa una innovación fiscal sin precedentes, convirtiéndose en una forma de financiar la deuda pública a través de la adopción tecnológica.
“La reciente aprobación de la Ley Genius es un desarrollo significativo que estamos monitoreando, ya que promoverá la innovación en monedas estables y aumentará la demanda de valores del Tesoro a corto plazo”, comentó Bessent.
En su cuenta oficial de X, Bessent también ha estado destacando la importancia de la Ley GENIUS y las stablecoins para asegurar el liderazgo estadounidense en activos digitales.
Bit2Me: acceso a las principales stablecoins del mercadoLas stablecoins como catalizador de expansión económica
Más allá del marco legal, el verdadero potencial de las stablecoins radica en su capacidad para reconfigurar el sistema de pagos global. Al ofrecer transacciones rápidas, seguras y respaldadas por activos soberanos, estas monedas digitales se convierten en una alternativa real al dinero fiat en contextos de alta inflación, exclusión financiera o volatilidad cambiaria.
Para Goldman Sachs y el Tesoro, esta funcionalidad no es menor. En un mundo donde el acceso al dólar es limitado para millones de personas, las stablecoins permiten una dolarización digital inclusiva, sin necesidad de intermediarios bancarios. Esto amplía la base de usuarios del dólar, fortalece su posición como moneda de reserva y genera nuevas oportunidades de inversión y crecimiento.
Además, el respaldo en bonos del Tesoro convierte a las stablecoins en instrumentos de política fiscal. Cada emisión implica una compra directa de deuda pública, lo que ayuda a financiar el déficit sin recurrir a mecanismos tradicionales. Esta sinergia entre tecnología y política económica es lo que ha llevado a Bessent a calificar el fenómeno como una “fiebre del oro digital”: una ola de innovación que, lejos de amenazar al sistema financiero, puede fortalecerlo desde sus cimientos.
El nuevo motor silencioso del orden financiero global
La visión compartida por Goldman Sachs y el Tesoro de EE. UU. es contundente: las stablecoins no solo encajan en el engranaje del sistema financiero tradicional, sino que lo están acelerando. Respaldadas por dólares físicos o bonos del Tesoro, estas monedas digitales refuerzan la posición internacional del dólar, y lo hacen con una eficiencia que supera los mecanismos convencionales de expansión monetaria.
Según un informe reciente de Goldman Sachs, liderado por el analista Will Nance, el mercado actual de stablecoins ronda los 290.000 millones de dólares, pero su potencial se estima en varios billones de dólares. Esta proyección, para los próximos años, no solo refleja una oportunidad de expansión, sino una transformación estructural del sistema financiero, donde la liquidez digital respaldada por activos soberanos se convierte en una herramienta de política económica.
En consecuencia, la incorporación de las stablecoins en el ámbito institucional, impulsada por regulaciones como la Ley GENIUS, está creando un ambiente de confianza que atrae no solo capital, sino también talento y avances tecnológicos.
Desde la perspectiva de los expertos, esta evolución representa una estrategia clave para afirmar la influencia financiera de Estados Unidos en la economía digital emergente, reforzando su papel como emisor fundamental en un ecosistema cada vez más dominado por activos digitales tokenizados.
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