
En el vasto ecosistema de las criptomonedas, nombres como Bitcoin, Ethereum, Litecoin y XRP suelen dominar las conversaciones. Sin embargo, Cardano (ADA) ha emergido como un contendiente notable, distinguido no solo por su tecnología, sino también por su origen: fue creado por Charles Hoskinson, un exdesarrollador de Ethereum. Este proyecto, lanzado en 2017, se presenta como una blockchain de tercera generación, diseñada para superar las limitaciones de sus predecesores, combinando investigación académica rigurosa con un enfoque en la escalabilidad y la sostenibilidad.
Charles Hoskinson es una figura conocida en el mundo cripto. Antes de fundar Cardano, fue uno de los cofundadores de Ethereum junto a Vitalik Buterin y otros en 2014. Sin embargo, diferencias filosóficas y estratégicas lo llevaron a abandonar el proyecto ese mismo año. Mientras Ethereum se enfocaba en un desarrollo rápido y pragmático, Hoskinson apostó por un enfoque más metódico. Junto a Jeremy Wood, creó IOHK (Input Output Hong Kong), la empresa detrás de Cardano, con la misión de construir una blockchain basada en principios científicos, revisada por pares y diseñada para ser segura y eficiente a largo plazo.
A diferencia de Litecoin, que surgió como una versión más ligera de Bitcoin enfocada en transacciones rápidas, o XRP, creado por Ripple Labs para facilitar pagos transfronterizos, Cardano se posiciona como una plataforma versátil para contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (dApps). Su protocolo utiliza un algoritmo de consenso llamado Ouroboros, basado en prueba de participación (Proof of Stake), que contrasta con la prueba de trabajo (Proof of Work) de Bitcoin y Litecoin. Esto lo hace más eficiente energéticamente, un punto crítico en tiempos donde la sostenibilidad es una preocupación creciente. Frente a XRP, que ha enfrentado críticas por su centralización y disputas legales con la SEC, Cardano apuesta por la descentralización y la transparencia en su gobernanza.
El desarrollo de Cardano se divide en eras (Byron, Shelley, Goguen, Basho y Voltaire), cada una enfocada en un aspecto específico, como la descentralización, los contratos inteligentes o la escalabilidad. En 2021, con la actualización Alonzo, Cardano finalmente habilitó contratos inteligentes, poniéndose a la par de Ethereum. Sin embargo, su adopción ha sido más lenta que la de sus competidores, en parte por su enfoque deliberado y menos especulativo. Mientras Ethereum lidera en dApps y DeFi, Cardano busca atraer proyectos con su promesa de estabilidad y bajos costos de transacción.
Hoskinson ha descrito a Cardano como una “blockchain para el futuro”, con aplicaciones potenciales en sectores como la educación, la salud y la gestión de identidades digitales, especialmente en países en desarrollo. Aunque no alcanza la capitalización de mercado de Ethereum o Bitcoin, su token ADA se encuentra entre los diez principales según CoinMarketCap a marzo de 2025. Ni Litecoin ni XRP tienen el mismo pedigrí académico ni la visión fundacional de Cardano, lo que la convierte en una criptomoneda única, moldeada por la experiencia y ambición de un exdesarrollador de Ethereum.