China, la Unión Europea, Estados Unidos… las grandes potencias mundiales y económicas ya están abonando el terreno para crear, si no lo han hecho ya, sus propias CBDC, es decir, sus propias monedas digitales destinadas a complementar a sus monedas de curso legal. Al menos esa es la teoría que venden desde los organismos oficiales.
Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) define al euro digital, su propuesta de CBDC como «una moneda digital de banco central, un equivalente electrónico al efectivo que complementaría los billetes y monedas, dando a los ciudadanos una opción adicional para sus pagos y daría respuesta a la creciente demanda de los consumidores de pagar digitalmente, de manera rápida y segura».
En ‘Las Voces de Satoshi‘, el podcast patrocinado por Bit2Me y Web3MBA, llevaron a cabo un interesante debate sobre las CBDC y los efectos que tendrán en la población una vez se establezcan. Para Iván Navascués, «las CBDC no son criptomonedas por los impedimentos que pondrán los Bancos Centrales para participar en ellas, como la nacionalidad, la localización o el poder adquisitivo de los usuarios».
Por su parte, Jaume Vicent , «no son criptomonedas pero son criptoactivos, porque se lanzan sobre una DLT y lo que te cuentan es que se quieren adaptar a la desaparición del efectivo que, por otra parte, se están cargando ellos. Es una forma de quitar importancia al poder de cambio que tienen las criptomonedas y a Bitcoin».
Si quieres saber más sobre las CBDC y este debate, puedes verlo al completo en ‘Las Voces de Satoshi’.
¿Por qué una CBDC sería mejor que las stablecoins y los criptoactivos?
Esta es la pregunta que se plantean desde la propia web del BCE, a lo que responden: «Un euro digital sería dinero del banco central, es decir, estaría respaldado por un banco central y su diseño respondería a las necesidades de los ciudadanos: no tendría riesgos y respetaría la privacidad y la protección de datos. Los bancos centrales tienen encomendada la tarea de mantener el valor del dinero, con independencia de su forma física o digital. En cambio, la estabilidad y fiabilidad de las stablecoins dependen de la entidad que las emite y de la credibilidad y aplicabilidad de su compromiso de mantener su valor a lo largo del tiempo. Además, los emisores privados podrían utilizar los datos personales para fines comerciales. Dado que no existe una entidad reconocida responsable de los criptoactivos, los consumidores no podrían reclamar sus derechos».
Si quieres tener una visión diferente sobre la oficialidad del BCE, te recomendamos que eches un vistazo a ‘Las Voces de Satoshi’. Además, en Bit2Me Academy también se analizan los pros y contras de las CBDC: «
- Generar una nueva forma de dinero capaz de aprovechar la nueva tecnología que hemos creado hasta el momento.
- Facilitar los medios de interacción económica y financiera tanto a nivel nacional como internacional.
- Crear nuevas estructuras financieras y económicas capaces de abrir puertas de inversión importantes para las naciones y el mundo.
- Estimular la competencia entre los diferentes sistemas de pago haciendo que sean más económicos y con mayor alcance.
- Crear mecanismos de control de política monetaria cuya actuación sea inmediata.
- Reducir el nivel de intervención estatal sobre los bancos al disminuir el peligro del problema “Demasiado grande para fallar”
Aunque también se mencionan otras motivaciones que podrían tener los Bancos Centrales para estas CBDC, tales como crear una estructura que permita rastrear el curso del dinero, desde su origen hasta su último actor en todo momento o sustituir el anonimato del dinero por un anonimato controlado por las entidades que controlan las CBDCs.