La casa en Valencia que se paga sola con DogeCoin: el sueño cripto que Elon Musk hizo posible

Los holders de Dogecoin están más contentos que los holders de Shiba Inu

En la localidad de Carcagente, situada a menos de una hora de Valencia, se desarrolló un proyecto inmobiliario sin precedentes a nivel mundial. Se trata de la Casa Doge, una residencia de lujo que se autofinancia mediante la minería de DogeCoin (DOGE), una criptomoneda que ha protagonizado episodios de especulación financiera importantes en los últimos años.

Esta vivienda, cuya construcción tomó una década, es fruto de un experimento tanto arquitectónico como financiero. Fue liderado por el arquitecto Gerardo González y la agencia de innovación Business Serio, reconocida empresa de bienes raíces por su enfoque en el diseño orientado al futuro sustentable.

Más allá de su singular modelo de financiación, Casa Doge se presenta como una crítica satírica a la especulación y la volatilidad de los mercados financieros, inspirándose en el impacto que figuras como Elon Musk han tenido en la economía global.

González, quien ha sido parte de proyectos de alto perfil, incluyendo su colaboración en la serie de Netflix titulada «Casas Alucinantes», comenta: “he observado como propiedades aumentan su valor sin que haya cambios reales o tangibles. Entonces pensé: ¿por qué no aplicar esa misma lógica a Dogecoin? Esto es tanto un experimento como una forma de explorar hasta qué punto confiamos en valores construidos sobre fundamentos intangibles”.

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Casa cripto y ecológica

Casa Doge se encuentra en la calle Balmes 43, en Carcagente y ha sido diseñada siguiendo estrictos principios de sostenibilidad y reutilización de materiales. Según explica González, el 80 % de los insumos utilizados en su construcción provienen de una casa abandonada que estaba en el mismo terreno, concepto que alinea con la idea de “ruralizar lo urbano en lugar de urbanizar lo rural”.

Lo que realmente distingue a esta vivienda es su capacidad para autofinanciarse mediante la minería de criptomonedas. La casa está equipada con paneles solares que alimentan una escultura funcional del perro raza Shiba Inu característico del token, símbolo de DOGE. Esta escultura, llamada «DOGEMINER L3 + 504», transforma la energía solar en DogeCoin suministrando electricidad limpia a los nodos y convirtiendo la propiedad en una inversión sostenible y con valor fluctuante.

González detalla, asimismo, que “el perro genera ingresos si está conectado a la red, por lo que quien adquiera la casa podrá financiarla con las criptomonedas obtenidas gracias a este sistema”. Este innovador modelo de vivienda autosustentable es único y nunca antes se había planteado. Por ello, Casa Doge ha despertado el interés del Parlamento Europeo, organismo que la analiza en el marco de una investigación realizada por la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona.

Musk, la Casa Blanca y la blockchain

El panorama actual, con Musk ocupando la más alta asesoría de la presidencia de los Estados Unidos, otorga una mayor trascendencia al proyecto, ya que su influencia en la política y la economía sigue siendo clave para la inestabilidad de DogeCoin y otras criptomonedas.

“Si un multimillonario estadounidense tiene el poder de decidir si el valor de una criptomoneda sube o baja, y esto, a su vez, puede determinar si una vivienda en un pequeño municipio valenciano como Carcagente se paga sola o no, estamos viviendo en una economía absolutamente impredecible y dominada por unos pocos”, reflexiona Blanco.

El crecimiento del sector de las criptomonedas ha impulsado nuevos modelos de negocio, aunque también ha dado pie a esquemas altamente especulativos. La extrema inestabilidad de monedas como DogeCoin genera interrogantes sobre su viabilidad como un activo financiero sostenible y en el uso práctico.

Los bienes raíces de cara al futuro

En el ámbito inmobiliario, se están explorando innovadoras formas de financiación. En países como Estados Unidos, algunos propietarios han comenzado a aceptar criptomonedas como método de pago, mientras que la tokenización de bienes raíces está ganando terreno, facilitando la compra y venta de propiedades a través de la tecnología blockchain.

Casa Doge se presenta como un experimento con repercusiones globales dignas de ser imitadas. Su influencia ha superado el ámbito local, convirtiéndose en un tema de análisis en los círculos académicos, financieros y políticos, especialmente en lo relacionado con el futuro de los activos digitales y la especulación dentro del sector inmobiliario como parte de las carteras de inversión. Además de su dimensión económica, Casa Doge simboliza un nuevo enfoque en el diseño y construcción de viviendas, fusionando arquitectura sostenible, tecnología avanzada y economía digital. “Casa Doge es una vivienda autosuficiente, concebida para reducir costes y generar su propia energía. Es un modelo que no solo opera bajo las reglas de los mercados modernos, sino que también las cuestiona”, concluye Blanco.