Hyperliquid desafía la famosa cultura del “996”: la eficiencia sin rutina es el corazón de DeFi

Hyperliquid desafía la famosa cultura del “996”: la eficiencia sin rutina es el corazón de DeFi

Hyperliquid está rompiendo con la infame cultura “996” que impera en muchos sectores tecnológicos, especialmente en el mundo tradicional del trabajo.

Esta mentalidad de trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana, suele ser sinónimo de éxitos agotadores, pero la empresa apuesta por un camino distinto. En lugar de valorar las largas horas y la rutina implacable, Hyperliquid se enfoca en la eficiencia como motor principal, demostrando que en el universo de las finanzas descentralizadas (DeFi) se puede lograr mucho más sin sacrificar el equilibrio entre vida y trabajo.

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Hyperliquid construye eficiencia sin horarios rígidos

Este año, Hyperliquid ha emergido como un actor poderoso dentro del universo cripto, no solo por su liderazgo destacado en el mercado de derivados descentralizados, sino por la manera particular en que está organizado y cómo entiende el trabajo. 

A mitad de 2025, el protocolo sorprendió al reportar ingresos superiores a 1.167 millones de dólares con apenas 11 empleados, lo que se traduce en una cifra imponente: más de 100 millones de dólares generados por cada integrante del equipo. Esta eficiencia económica lo colocó por encima de muchas de las grandes tecnológicas, destacando no solo por sus números, sino por lo que hay detrás de ellos.

Pero, más allá de los datos financieros, Hyperliquid está ahora en el centro de la conversación por su enfoque laboral, que rompe con esquemas tradicionales. En una entrevista reciente, su fundador, Jeff Yan, reveló una mirada fresca y crítica sobre la cultura de trabajo que domina especialmente en el sector tecnológico asiático, conocida como modelo “996”: trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana.

Jeff admite que su propio compromiso y horas de trabajo incluso superan este calendario exigente, pero recalca que su empresa no se rige por la simple repetición de rutinas ni por la apariencia de esfuerzo constante. En Hyperliquid, el foco está en una contribución auténtica y significativa. Cada miembro del equipo tiene la misión de crear herramientas que pueden transformar el futuro de las finanzas descentralizadas. No hay horarios fijos ni vigilancia sobre el tiempo acumulado, sino que el valor reside en el impacto real que cada decisión y tarea aporte a la evolución técnica y estratégica del proyecto.

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Una estructura mínima con impacto máximo

La eficiencia operativa de Hyperliquid no se explica por automatización ni por reducción de costos, sino por una estructura organizativa radicalmente enfocada. Con solo 11 personas, el protocolo ha logrado posicionarse como uno de los actores más relevantes en el mercado de derivados cripto, un segmento que exige precisión, liquidez y robustez técnica. 

Así, lejos de la expansión descontrolada que suele complicar a muchas startups, Hyperliquid apuesta por un equipo pequeño pero extremadamente enfocado. Su modelo evidencia que la descentralización no es solo una cuestión tecnológica, sino también una forma de trabajo donde la jerarquía cede terreno a la autonomía y la rapidez para tomar decisiones alineadas con objetivos claros.

Jeff, enfatizó que el equipo de trabajo del protocolo no busca adoptar una cultura empresarial tradicional, sino establecer nuevos estándares, con un compromiso interno que impulsa al equipo a mantener “el listón más alto de la industria”. Esta autopercepción de excelencia impulsa su trabajo diario desde la convicción y no desde la presión externa, logrando que el equipo opere con una eficiencia y estándares técnicos excepcionales, explicó. 

En este contexto, la historia de Hyperliquid abre una reflexión crucial para el ecosistema DeFi, demostrando que la productividad ya no se mide en cantidad de horas, sino en el impacto real, la solidez del código y la capacidad de adaptarse a las exigencias del mercado. En otras palabras, este protocolo está dibujando la nueva cara de la eficiencia en finanzas digitales.

Más allá del rendimiento: una ética de contribución

La declaración de Jeff sobre la rutina no es una crítica al esfuerzo, sino una redefinición del mismo. En lugar de promover jornadas extensas como símbolo de compromiso, Hyperliquid apuesta por una ética de contribución que se basa en la profundidad del trabajo. Esto implica que cada miembro del equipo tiene libertad para organizar su tiempo, pero también la responsabilidad de entregar soluciones que estén a la altura de un mercado altamente competitivo.

Este modelo no es replicable en cualquier contexto, pero sí plantea preguntas relevantes para el futuro del trabajo en la industria de las criptomonedas. 

Su éxito financiero y operativo no se basa en marketing ni en expansión acelerada, sino en una combinación de foco técnico, autonomía organizativa y estándares elevados. En ese sentido, el protocolo no solo desafía la cultura “996”, sino también las nociones convencionales de productividad en el sector financiero.

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