
En 2021, China lanzó una de las ofensivas más duras contra Bitcoin y las criptomonedas, prohibiendo su comercio y minería en un intento por controlar los riesgos financieros y el consumo energético. El anuncio del Banco Central chino hizo temblar los mercados, con Bitcoin cayendo más de un 6% en un solo día. Sin embargo, a marzo de 2025, está claro que esta prohibición no ha detenido el ascenso global de Bitcoin ni su influencia en la economía digital. ¿Qué ha pasado desde entonces y por qué China no ha podido frenar este fenómeno?
El golpe inicial y la resiliencia de Bitcoin
Cuando China anunció la prohibición, el impacto fue inmediato. En ese momento, el país representaba más del 60% del hashrate global de Bitcoin, la potencia computacional que sostiene la red. El éxodo de mineros fue masivo: máquinas fueron apagadas o trasladadas a lugares como Estados Unidos, Kazajistán y Canadá. El hashrate cayó más del 50% en mayo de 2021, pero la red mostró su fortaleza. Para diciembre de ese año, había recuperado un 93% desde sus mínimos, y hoy supera los 600 exahashes por segundo, un récord histórico. La descentralización de Bitcoin demostró que ningún país, ni siquiera uno tan influyente como China, puede paralizarlo.
El mercado también se adaptó rápidamente. Aunque el precio sufrió caídas iniciales, los inversores globales vieron la prohibición como una oportunidad. Estados Unidos se convirtió en el nuevo líder en minería, mientras que exchanges internacionales absorbieron a los usuarios chinos que esquivaron las restricciones con VPNs y plataformas offshore. En lugar de apagarse, Bitcoin encontró nuevos caminos para crecer.
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China: entre la prohibición y la curiosidad
A pesar del veto, China no ha cortado del todo su relación con Bitcoin. En 2024, un tribunal de Shanghái reconoció las criptomonedas como propiedad legal para individuos, aunque mantuvo las restricciones para empresas. Este fallo sugiere un reconocimiento tácito de su existencia, incluso bajo un régimen hostil. Además, exfuncionarios como Zhu Guangyao han instado al gobierno a estudiar las criptomonedas ante su adopción global, y hay rumores de reuniones privadas para explorar su potencial. ¿Está China reconsiderando su postura en silencio?
Mientras tanto, el país ha impulsado su yuan digital, una moneda centralizada que contrasta con la naturaleza libre de Bitcoin. Algunos ven esto como una respuesta directa: controlar la narrativa financiera sin ceder terreno a las criptos descentralizadas. Sin embargo, el interés subterráneo de los ciudadanos chinos, que siguen accediendo a Bitcoin a través de canales no regulados, muestra que la prohibición no ha apagado su atractivo.
Un impacto global imparable
Lejos de debilitarse, Bitcoin ha ganado fuerza desde 2021. Su precio superó los $100,000 en 2024, impulsado por la adopción institucional y políticas pro-cripto en lugares como Estados Unidos bajo la administración Trump. Países como El Salvador lo han adoptado como moneda legal, y el volumen de transacciones en la Lightning Network ha crecido, facilitando usos prácticos. China, alguna vez el epicentro de la minería, ya no dicta el ritmo.
La prohibición china, en retrospectiva, fue un tropiezo, no un freno. Al desplazar la minería y el comercio a otras regiones, aceleró la globalización de Bitcoin, demostrando su resistencia ante las políticas de una superpotencia. En 2025, mientras el mundo debate reservas estratégicas de BTC y su rol como «oro digital», China observa desde la distancia, incapaz de borrar su huella.