En el vertiginoso mundo de las inversiones, donde las fortunas se hacen y se pierden en un abrir y cerrar de ojos, la historia de Keith Patrick Gill, conocido como «Roaring Kitty», el héroe de GameStop, se lee como un drama único por su alcance e impacto, tanto en las finanzas tradicionales como crypto.
En un giro inesperado de los acontecimientos, el famoso inversor minorista Keith Patrick Gill, más conocido por su alias en línea «Roaring Kitty», ha sido demandado por fraude de valores en relación con sus actividades en redes sociales y la subida de las acciones de GameStop (GME) en 2021. La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito del Este de Nueva York por el inversor Martin Radev, alega que Gill manipuló el mercado de valores y obtuvo ganancias ilícitas a través de un esquema de «pump and dump» utilizando el token crypto $GME.
¿Quién es Roaring Kitty?
Keith Patrick Gill, un ex asesor financiero de MassMutual, saltó a la fama en 2021 durante el frenesí de las acciones meme. Bajo el seudónimo de «Roaring Kitty» en YouTube y «DeepFuckingValue» en Reddit, Gill compartió sus análisis optimistas sobre GameStop, argumentando que la acción estaba infravalorada y que los fondos de cobertura estaban apostando en su contra.
Sus publicaciones, llenas de convicción y memes, resonaron con miles de inversores minoristas, quienes, inspirados por su llamado a la acción, se unieron a la compra masiva de acciones de GME. Este movimiento, que desafió a los poderosos fondos de cobertura que apostaban a la baja por la empresa, provocó un short squeeze sin precedentes, llevando el precio de las acciones de GameStop a niveles nunca antes vistos.
La subida meteórica de GameStop
Inspirados por las convicciones de Gill, miles de inversores minoristas, muchos de ellos organizados a través del foro de Reddit, r/WallStreetBets, comenzaron a comprar acciones de GameStop a principios de 2021. Esta compra masiva provocó un short squeeze masivo, elevando el precio de las acciones de GME de alrededor de 4 $ USD en enero de 2021 a un máximo histórico de casi 81 $ USD en cuestión de días.
De hecho, tal movimiento es el principal responsable de que las acciones de GameStop estén en verde, incluso por encima de su máximo de 14,5 $ USD, alcanzado en 2007. No queda duda que la jugada de Roaring Kitty y su comunidad hicieron, dejaron una gran marca en los mercados y la valoración de esta empresa.
Además, aprovechando la locura por GameStop, varios desarrolladores anónimos lanzaron el token crypto $GME en la red Solana. A diferencia de las acciones tradicionales, $GME no estaba afiliado a la empresa GameStop y se comercializaba en plataformas de intercambio descentralizadas. Sin embargo, el token capitalizó el frenesí de GME, atrayendo a inversores que buscaban beneficiarse de la volatilidad del mercado. Y el impacto de este token tampoco se puede dejar pasar, ya que de su lanzamiento el valor del mismo ha mostrado una gran revalorización y ha alcanzado una capitalización de mercado de más de 58 millones de $ USD.
La demanda que lo cambia todo
La demanda actual, presentada por el inversor Martin Radev, acusa a Gill de orquestar un esquema de «pump and dump» utilizando sus plataformas de redes sociales. Se argumenta que Gill compró secretamente una gran cantidad de opciones de compra de GME a bajo precio antes de volver a publicar sobre la acción en Twitter y Reddit tras un largo silencio.
Sus publicaciones, que incluían memes y capturas de pantalla de su cartera, supuestamente estaban diseñadas para inflar artificialmente el precio de GME y $GME, permitiéndole vender sus opciones con grandes ganancias mientras los inversores minoristas, animados por su entusiasmo, compraban a precios inflados.
Sin embargo, hay varios argumentos de defensa contra estas acusaciones. En primer lugar, Gill reveló que tenía opciones de compra con una fecha de vencimiento pautada para el 21 de junio de 2024. Cualquier persona razonable habría comprendido que Gill vendería su gran posición o ejercería las opciones. En segundo lugar, las acusaciones de fraude sobre los tuits y publicaciones de Gill probablemente fallarán porque no eran materiales para los inversores razonables. En tercer lugar, los tuits no pueden describirse como falsos. Publicar un meme de un hombre pensando en GME no es un hecho que pueda probarse o refutarse.
Stock bombing: el inicio de la contienda
A eso se debe sumar el «stock bombing» del que GameStop estaba siendo víctima para el momento en que todo esto sucedió. Recordemos, que el grupo r/wallstreetbets, se unió en esta acción de Roaring Kitty, por la conocida y publica participación de varios hedge funds, quienes apostaban por la caída de GameStop.
Básicamente, los hedges funds apostaban (posiciones en corto) a que GameStop se iría a pique, debido a que la compañía se centraba en un negocio que consideraban muerto: tiendas físicas de videojuegos con toda una experiencia personal para este sector. De esta manera, los hedge funds compraban acciones de GameStop a un precio, hacían subir su precio base (por la presión de compra), vendían (con un precio mayor al base), y esperaban a comprar más acciones a un precio más bajo (la presión de venta hacía caer el precio), para volver a iniciar el ciclo.
Conociendo esto y apoyados por Elon Musk en la red X, impulsaron una compra fuerte de las acciones de GameStop. Como resultado, la acción de la compañía pasó de vale 4,71 $ en diciembre de 2020, a más de 81 $ en enero de 2021. Las pérdidas para los hedge funds (que tenían cortos en mercado, esperando siempre la baja del precio) llegaron a superar más de 5.000 millones de dólares.
De hecho, Melvin Capital, uno de los «cuervos bajistas» contra GameStop, necesitó reestructurar su deuda y recibir una inyección de capital de más de 2.500 millones de dólares para tratar de evitar la bancarrrota. E incluso, tras conseguir la refinanciación, Melvin Capital no pudo evitar su destino: quebrar miserablemente.
Un caso con repercusiones
Conociendo todos estos hechos y que todas las acciones están claramente descritas en Reddit y X, Roaring Kitty va al banquillo en un caso bastante único. Un caso donde el resultado tendrá un impacto significativo en el futuro de la inversión en redes sociales. Si se demuestra que Gill manipuló el mercado, podría enfrentar severas sanciones, estableciendo un precedente para la regulación de las plataformas de redes sociales en el ámbito financiero. Pero también abriría un precedente para evitar que los hedge funds hagan precisamente esto, y lo que llevo a esta pequeña guerra de mercados.
Además, este caso ha desatado un debate crucial sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la protección de los inversores en la era digital. Mientras algunos argumentan que las redes sociales son herramientas poderosas para la manipulación del mercado, otros defienden la libertad de expresión y el derecho de los inversores a compartir información y opiniones.
Independientemente del resultado de la demanda, el legado de Roaring Kitty ya ha dejado una huella imborrable en el mundo financiero. Su caso ha puesto de manifiesto el creciente poder de los inversores minoristas y las redes sociales en el mercado, desafiando el status quo y obligando a una reevaluación de las reglas del juego. El futuro de la inversión dependerá de la capacidad del sistema financiero para adaptarse a esta nueva realidad, encontrando un equilibrio entre la innovación, la libertad y la protección de los inversores.