La reina Isabel II de Inglaterra ha muerto en el castillo de Balmoral, a sus 96 años de edad. Los médicos de la reina habían mostrado este jueves su «profunda preocupación» por el estado de salud de la monarca y habían recomendado su descanso en Balmoral, su residencia en Escocia. Sus cuatro hijos ya estaban con ella al momento de su deceso. Isabel II, durante su extenso reinado de 70 años, mostró su curiosidad por la blockchain en 2020 y, en este 2022, también se refirió a la criptomonedas y su regulación.
La reina Isabel II y el blockchain
A pesar de ser la monarca más longeva del mundo, la reina Isabel II mostró su interés por la blockchain en 2020, cuando escribió una carta de agradecimiento al presidente de la British Blockchain Association, agradeciéndole el envío de un ejemplar de la sexta edición de la publicación. En su carta, la reina había expresado su interés por la nueva tecnología descentralizada y por las aplicaciones de código abierto.
La carta, que fue publicada por The Financial Times, despertó el interés de la comunidad que inmediatamente comenzó a preguntar cuántos Bitcoin tenía la reina en su posesión.
Más tarde, en el discurso anual que la reina dirige a todos los residentes en Reino Unido (y que este año fue leído por el príncipe Carlos), la monarca señaló que uno de los objetivos del gobierno británico para 2022 debería ser establecer una serie de objetivos regulatorios para el sector de las criptomonedas y la blockchain, refiriéndose al proyecto de ley de Mercados Digitales.
Sobre las criptomonedas, Isabel II señaló que: «Se presentará un proyecto de ley para fortalecer aún más los poderes para abordar las finanzas ilícitas, reducir los delitos de naturaleza económica y ayudar a las empresas a crecer. Se introducirán medidas para apoyar a los servicios de seguridad y ayudarlos a proteger al Reino Unido».
Protocolo ‘London Bridge is down’
Pocos minutos después de que la reina Isabel II falleciera, la primera ministra británica, Liz Truss, recibiría una llamada por teléfono en la que le comunicarían que «el puente de Londres ha caído», momento en el que se activaría la «Operación London Bridge», el protocolo para llevar a cabo el entierro de la monarca y la sucesión en el trono.
Una vez Truss recibiera la llamada, el Centro de Respuesta Global del Ministerio de Exteriores británico informaría a los gobernadores generales de las 15 naciones que compartían con el Reino Unido a la monarca como soberana, así como a los 36 países que conforman la Commonwealth, sobre el deceso. Solo después se podría informar a la población general.
Por su parte, la noticia sería enviada a la Press Association y la televisión haría una pausa poniendo una cortinilla de cisne, bailarines o una producción artística antes de conectar todos con la BBC1 para dar la noticia en conjunto. Solo después, los organismos oficiales podrían hacer publicaciones sobre este hecho en redes sociales.
Actualmente, el sitio web del Palacio de Buckingham ha colocado un fondo negro confirmando la muerte de la soberana.
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