Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), las criptomonedas tienen todo el potencial para convertirse en la próxima evolución del dinero.
A través de su cuenta de Twitter, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un video informativo donde define qué son las criptomonedas, expresando que se trata de una nueva forma de activos digitales que cuentan con grandes beneficios y riesgos y que tienen todo el potencial para convertirse en la próxima evolución del dinero.
Según el FMI, las criptomonedas integran múltiples beneficios a los sistemas financieros actuales. Por ejemplo, la implementación de estos activos digitales permiten que las transacciones puedan realizarse de forma mucho más rápida, segura y sin intermediarios, haciendo posible que a través de las criptomonedas las transferencias internacionales no requieran de días para efectuarse, sino que se realizan en cuestión de horas. Por otra parte, la reducción de los costos de comisión al momento de transferir valor también es una de las grandes ventajas asociadas a las criptomonedas que destacó el FMI.
Por su parte, además de resaltar las ventajas y beneficios que trae consigo el uso de criptomonedas en el sistema financiero tradicional, el FMI también señaló que la tecnología detrás de estos activos, la tecnología blockchain, cuenta un gran potencial que puede ser aplicado para el desarrollo, crecimiento y transformación de otros sectores e industrias diferentes al sector económico. Sin embargo, el FMI también advirtió sobre los posibles riesgos asociados al uso de las criptomonedas y la tecnología blockchain, resaltando el anonimato y la volatilidad de estos activos.
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Las criptomonedas como evolución del dinero
El FMI explica que la forma de dinero que conocemos hoy en día para el depósito e intercambio de valor y para la adquisición de productos y servicios, se desarrolló como una forma eficaz de intercambiar bienes entre la sociedad, pero que fue el resultado de un proceso de evolución y desarrollo constante.
Antes del dinero fiat que conocemos en la actualidad, las sociedades realizaban trueques o intercambios directos de un bien o servicio por otro, algo que con el tiempo dejó de ser efectivo y eficiente. Luego, a medida que las sociedades fueron evolucionando y volviéndose cada vez más complejas, también se despertó la necesidad de desarrollar nuevas formas de dinero eficientes para intercambiar valor o adquirir productos; por ejemplo, las materias primas y los metales preciosos como el oro y la plata se utilizaron ampliamente como una forma de dinero hasta la llegada del dinero fiat.
Cambios radicales en las formas de dinero
La introducción del dinero fiat a la sociedad fue un cambio radical en su época, ya que el intercambio de bienes o metales preciosos, que sí cuentan con un valor intrínseco, se sustituyó por el papel moneda. Este cambio significó la sustitución de un bien por una promesa de valor dictaminada por un banco o un gobierno y representada en un papel, un hecho que en su momento no fue ampliamente aceptado por la sociedad. Aún así, en la actualidad es la forma de dinero que conocemos, aceptamos y utilizamos a diario, aunque con la ruptura del patrón oro, se trata de un dinero que ya no está respaldado ni asegurado sobre ningún bien de valor o materia prima.
Entonces, en base a la evolución y desarrollo de las distintas formas de dinero que han existido en las sociedades, el FMI argumenta que las criptomonedas pueden llegar a convertirse en esa nueva forma de dinero, capaz de sustituir la necesidad del dinero fiduciario.
Los constantes cambios a los que se enfrenta la sociedad actual y los graves problemas de inflación que presentan varias monedas fiduciarias, están llevando nuevamente a la sociedad a plantearse la definición de una nueva forma de dinero efectiva y eficiente, que tenga el potencial de cumplir con las necesidades crecientes de una sociedad tan cambiante como la nuestra. Hasta ahora, las criptomonedas y los activos digitales no se han convertido en un bien ampliamente utilizado en la sociedad, pero los gobiernos y los bancos centrales a nivel mundial se están planteando la posibilidad de introducir estos activos digitales como una forma de mantener la estabilidad de sus monedas y mejorar los servicios que se prestan a la sociedad.
Riesgos asociados al uso de criptomonedas y activos digitales
Para el FMI, uno de los mayores riesgos asociados al uso de criptomonedas es el anonimato. Según la entidad, esta característica hace que las criptomonedas sean vulnerables para su uso en actividades ilícitas, como el financiamiento al terrorismo o el lavado de dinero. La mayoría de las criptomonedas de código abierto, como Bitcoin o Ethereum, permiten que los usuarios realicen transacciones de dinero de forma directa sin la supervisión o intervención de ningún tercero, por lo que en este tipo de transferencias no se verifica la identidad de la persona que está enviando dinero ni de quien lo recibe.
Así mismo, otra de las vulnerabilidades o riesgos importantes que señala el FMI es la volatilidad. Como bien sabemos, el precio de las criptomonedas rara vez se mantiene estable, y esto es algo que puede poner en riesgo el capital o los fondos ahorrados de cualquier usuario o entidad. Aún así, el FMI considera que si se resuelven o contrarrestan estos riesgos, las criptomonedas y los activos digitales pueden convertirse en el siguiente paso en la evolución de las formas de dinero.
“Si podemos contrarrestar los riesgos, entonces esta nueva tecnología o alguna variación de ella puede cambiar completamente la forma en que vendemos, compramos, ahorramos, invertimos y pagamos nuestras facturas. Y quién sabe, este podría ser el siguiente paso en la evolución del dinero».
En este sentido, el FMI considera que las criptomonedas pueden cambiar radicalmente la forma en la que interactuamos con el dinero, mejorando las capacidades del sistema financiero tradicional.
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