El staking podría abrir la puerta a la afluencia de dinero institucional lo que facilitaría la adopción masiva de las criptomonedas.
La semana pasada, Ethereum completó su migración de un mecanismo de consenso Proof-of-Stake, con la llegada de The Merge.
Se considera que este fue uno de los eventos más importantes en la historia de la blockchain y el cripto. Era la primera vez que un ecosistema basado en un mecanismo de consenso Proof-of-Work, con un alto consumo de recursos informáticos y energéticos, cambia a un Proof-of-Stake, más rápido y eficiente.
Se espera que el cambio de mecanismo de consenso de Ethereum reduzca su consumo energético en un 99,95%, así como su tasa de inflación en un 75% y, lo más importante, que se introduzcan recompensas para los inversores a largo plazo de entre el 4 y 8%, a través del staking.
Este cambio está provocando cambios en la economía cripto, ya que los grandes inversores institucionales podrían comenzar a sentirse atraídos por el staking. Las grandes firmas y los gobiernos se han mantenido alejados de Ethereum porque sus programas de responsabilidad social corporativa chocan frontalmente con la supuesta huella de carbono de las operaciones de minería.
Ahora, que la barrera de la minería no existe, se espera que el “dinero inteligente” de las instituciones comience a fluir hacia Ethereum, sobre todo, haciendo usos de servicios de staking, con los que podrán aumentar sus beneficios.
En este sentido, analistas de JP Morgan ya han pronosticado que los rendimientos del staking a través de redes Proof-of-stake podría llegar hasta los 40.000 millones de dólares para 2025, debido a la afluencia de este “dinero inteligente”.
De hecho, antes de The Merge, el banco suizo, SEBA Bank lanzó un servicio de staking en Ethereum para instituciones, una estrategia que respondía a la demanda por parte de sus clientes institucionales de un servicio de estas características, lo que demuestra que los pronósticos de JP Morgan podrían resultar ciertos.
Los grandes inversores también están mostrando su interés en los servicios de staking líquido y en la componibilidad DeFi, buscando formas de ampliar el APY y la utilidad de los activos que están utilizando.
¿Los problemas del staking institucional?
Aunque el staking institucional podría disparar la adopción masiva del cripto y disparar los precios de los tokens, también cuenta con algunos problemas que conviene analizar.
El primero de ellos es la situación actual del mercado macro. En estos momentos, una de las grandes barreras para las instituciones es la falta general de liquidez, que se traduce en unas inversiones más conservadoras.
A este problema, hemos de sumar el gran desconocimiento que todavía rige entre la comunidad financiera. Basta con ver los medios de comunicación tradicionales, que se dedican, casi a diario, a desprestigiar al mundo cripto o a lanzar todo tipo de noticias negativas, muchas veces, desde el más puro desconocimiento.
Finalmente, no podemos dejar de lado el hecho de que la afluencia masiva de dinero institucional podría provocar un grave problema de descentralización en los protocolos PoS. De hecho, poco después de la implementación de The Merge, se supo que el 46% de las transacciones de Ethereum están siendo validadas por solo dos direcciones: la Lido Finance y la de Coinbase.
Sin embargo, a medida que más proveedores de staking entren en el mercado, más se repartirá la gobernanza, al tiempo que se diversificarán los riesgos y se mejorará la resistencia de la red a los ataques y a la censura.
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