El G7, o Grupo de los Siete, decide impedir la aprobación y lanzamiento del proyecto Libra de Facebook hasta que este no cumpla con todas las regulaciones exigidas en materia de lavado de dinero, protección al consumidor y otras regulaciones.
El proyecto de stablecoin de Facebook, conocido como Libra, ha estado en el punto de mira de los legisladores y reguladores de todo el mundo desde su anuncio en 2019. Por lo que este proyecto no ha tenido un avance muy significativo desde que se dio a conocer, ya que para los reguladores no garantiza el cumplimiento de las normativas AML y otras legislaciones a nivel mundial. Desde que David Marcus, cocreador del proyecto Libra, anunció sus planes de lanzar una «criptomoneda», que más tarde se convirtió en stablecoin, los reguladores de Estados Unidos y Europa mostraron gran preocupación y rechazo.
Los antecedentes de Facebook, como gigante de las redes sociales con varios fallos y errores graves en el manejo de los datos privados de sus usuarios, llevaron a los reguladores a oponerse al proyecto. Si el gigante de las redes sociales no puede garantizar la privacidad de los datos personales de sus millones de usuarios, ¿cómo garantizará la privacidad de la información financiera y bancaria? Sus políticas de seguridad y control de acceso vulnerables llevaron esta interrogante al corazón de los legisladores y todo parece indicar que las preocupaciones aún siguen allí presentes.
El anuncio del G7, conformado por los Bancos Centrales y los Ministerios de Finanzas de Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido, deja en claro la poca confianza que existe en relación a stablecoins como Libra. Así las intenciones de este grupo son las de impedir el lanzamiento del proyecto hasta que este no cumpla con un completo entorno regulatorio que garantice la seguridad, protección e integridad de los usuarios.
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Regulación apropiada para una potencial amenaza
Proyectos de stablecoins, como Libra, no circularán hasta que se establezcan y se cumplan con las regulaciones apropiadas para ello, así lo argumenta el G7. Por lo que no hay dudas de que, aunque no haga mención directa de Libra, este es uno de los proyectos de moneda estable más preocupantes y que se sigue mostrando con una amenaza potencial ante la fría mirada de los reguladores y legisladores.
“El G7 sigue sosteniendo que ningún proyecto de una stablecoin global debe comenzar a operar hasta que se aborden adecuadamente los requisitos legales, regulatorios y de supervisión pertinentes mediante un diseño apropiado y apegándose a los estándares aplicables»
El grupo considera que la implementación de sistemas de pagos digitales basados en las nuevas tecnologías representan un avance considerable para el desarrollo de los servicios financieros, reduciendo los niveles de ineficiencia y los costos y, en general, brindando una mejor calidad de atención para los usuarios. No obstante, el grupo también considera que los sistemas de servicios digitales deben cumplir con las regulaciones apropiadas para el cumplimiento de las legislaciones, así como garantizar la protección del consumidor, la privacidad, la estabilidad financiera y mucho más.
El G7 considera que sin las regulaciones adecuadas, las monedas estables, como el proyecto Libra de Facebook, pueden prestarse para cometer muchos delitos financieros como el blanqueo de capitales y lavado de dinero además de otras actividades ilícitas como el financiamiento del terrorismo y la proliferación de armas ilegales, que sin duda comprometerían y socavarían la integridad de los mercados, la gobernanza de las naciones y la seguridad jurídica en general.
Riesgos a la estabilidad financiera y jurídica global
Decir que proyectos de monedas estables privadas, como Libra, atentan contra la estabilidad financiera y la seguridad jurídica a nivel mundial no es ninguna exageración. Con especial énfasis en este proyecto, que se presenta como una multimoneda de orden global y cuyo emisor mantiene más de 2 mil millones de usuarios en su red social, Libra puede transformarse en el principal enemigo de las naciones, de sus soberanías monetarias y de sus sistemas financieros debido a sus dimensiones y envergadura colosales. Pero, sobre todo, por las prácticas poco éticas realizadas por la compañía detrás de su desarrollo, Facebook.
Aunque quizás pocos tengan un conocimiento profundo sobre el manejo que Facebook le da a sus datos e información privada, la compañía no puede ocultar que se ha visto envuelta en varios escándalos por la particularidad de sus prácticas, que nada tienen que ver con el respeto y la privacidad. El propio Mark Zuckerberg, creador de Facebook, envió una carta al Senado de los Estados Unidos donde reconoce que ha vendido datos de sus usuarios a desarrolladores de softwares y aplicaciones como parte de sus campañas de publicidad y marketing digital e incluso reconoce que vigila tanto a dichos usuarios como a quienes no tienen una cuenta oficial en su plataforma.
Estos «errores» le han costado a la plataforma la credibilidad y la confianza ante los reguladores, que no por nada se oponen a este lanzamiento. Hasta la propia cripto comunidad, que generalmente apoya el lanzamiento de nuevos proyectos tecnológicos, mostró preocupación con el anuncio de Libra.
Necesidad de regulaciones claras
En las principales economías del mundo se están adoptando regulaciones o se debatiendo animadamente sobre la necesidad de regular las stablecoins de manera global como una forma de evitar riesgos a la estabilidad financiera de sus naciones. El G-20 presentó un informe en abril donde indica la necesidad de establecer estas regulaciones sobre las monedas estables.
Por su parte, otras naciones están respondiendo activamente a la posible emisión de esta moneda estable con el anuncio de sus propias monedas digitales CBDC. Una forma sin lugar a dudas efectiva para naciones como China, Japón, Corea del Sur y para Europa de hacer frente a los potenciales riesgos que representan las stablecoins de compañías privadas como Facebook.
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