Aunque la minería Bitcoin consume entre el 0,1% y 0,3% de la energía mundial, para su supervivencia como una actividad rentable y sostenible con el medio ambiente, es necesario que los fabricantes de equipos mineros diseñen soluciones más eficientes a nivel energético.
La minería de Bitcoin (BTC) se convirtió en toda una actividad industrial. Ya no se trata de usuarios utilizando simples equipos computacionales desde sus casas, sino de compañías gigantescas, con grandes granjas de minería, en el que gestionan miles y miles de equipos sofisticados de última generación para minar bitcoins. Pero además de los equipos mineros, las granjas de minería también operan complejos sistemas de refrigeración, que garanticen un ambiente y una temperatura óptima para el correcto funcionamiento de los equipos mineros.
Como es de esperarse, estos equipos generan un alto consumo energético para mantener operativa y segura la red Bitcoin. Un consumo energético que ha llegado a superar al de todo un país de tamaño mediano, y que puede llegar a compararse con el consumo de Estados Unidos para 2019, según un informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA).
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Situación de la minería Bitcoin en el mundo
Aunque el consumo energético de esta actividad no es tan grave como muchos quieren alarmar, e incluso es inferior al que realizan otras industrias en el mundo, si es cierto que está llegando a ocasionar un nivel de daño al medio ambiente. Por ejemplo, Irán está enfrentando, actualmente, una lamentable situación que está relacionada con la intensiva minería de Bitcoin en dicho país. Varias ciudades en este país están sufriendo largos apagones debido a un crecimiento en la demanda energética. Esto sumado a que el país carece de una infraestructura eléctrica y recursos adecuados para satisfacer la creciente demanda. Una situación que ha llevado a las centrales eléctricas a quemar fuelóleo, un combustible barato y de baja calidad para sostener el alto consumo de energía, que supuestamente está relacionado con la minería Bitcoin de forma ilegal, según han reportado varios medios locales.
La quema de este combustible está sumergiendo a varias ciudades de Irán en una gruesa capa de smog tóxico, que puede llegar a causar graves problemas respiratorios y pulmonares en la población. Para frenar esta situación, el gobierno del país está cerrando las granjas de minería no permitidas, y obligando a los usuarios a vender sus equipos mineros. Así mismo, las autoridades gubernamentales de Irán han decomisado más de 6.000 de estos equipos que operaban de forma no autorizada en el país.
No obstante, esta no es la situación general de la minería de Bitcoin. De hecho, en Rusia, recientemente el gigante gasífero y petrolero Gazprom, a través de su subsidiaria Gazpromneft, implementó una nueva planta de energía que transforma el gas de desperdicio de la actividad petrolera en energía limpia y sostenible para la minería de Bitcoin y otras criptomonedas. Esta iniciativa, impulsada por las empresas estadounidenses Upstream Data y Crusoe Energy Systems, aprovecha todo el CO2 que expulsan al ambiente las plantas productoras de petróleo, para generar un suministro energético que sustente la actividad de los mineros de forma amigable con el medio ambiente.
Interés por la huella ambiental de las criptomonedas
Pese a que la atención sobre este tema se centra en Bitcoin, por ser la red más grande y conocida del ecosistema digital, la posible llegada de otras criptomonedas y monedas digitales al ecosistema también pueden incrementar el consumo energético de toda la red. Por ejemplo, el IEA señala que si Facebook lanza su proyecto de moneda digital, el consumo energético de la industria cripto aumentará significativamente, por ser esta una moneda con más de 2.000 millones de potenciales usuarios. La posible llegada de esta moneda digital despertó nuevamente el interés por el consumo energético que demanda la industria, señaló la agencia.
“Con el valor de bitcoin triplicándose en los últimos meses, el interés en el uso energético de las criptomonedas está nuevamente en aumento”.
Así mismo, la IEA también señala que el impulso en el precio de Bitcoin hace que más mineros quieran conectarse para minar bitcoins, haciendo crecer la red y causando un ajuste en su nivel de dificultad de minería y en su hash rate. Cuando esto sucede, generalmente los fabricantes de mineros se ven obligados a desarrollar nuevos equipos hardware más potentes para garantizar la minería, elevando el consumo energético de la red.
La inmersión líquida llega a los mineros Bitcoin
Los mineros de la red Bitcoin son concientes de la grave situación que puede acarrear el consumo energético de la red para mantenerse operativa, y por ello han ideado soluciones factibles que ayuden a minimizar el impacto y la huella ambiental de esta actividad.
Además de impulsar nuevas formas de generar energía limpia para el sostenimiento de la minería, otras compañías fabricantes de mineros están diseñando una nueva generación de estos equipos, que garanticen un desempeño más óptimo, y que permitan mejores rendimientos en la red de forma amigable con el ambiente.
En este sentido, Canaan anunció hace poco el lanzamiento de un nuevo modelo de minero, llamado Avalon Immersion Cooling Miner A1066I, que funciona por inmersión líquida para mejorar el rendimiento del equipo, y reducir el consumo y los costes energéticos; ya que no requiere de un sistema de enfriamiento adicional. El nuevo modelo de minero de esta compañía utiliza un sistema de inmersión con fluidos dieléctricos, que ayudan a evitar daños por corrosión y cortocircuitos, y garantizan un menor consumo energético. Canaan promete que su nuevo equipo permite a los mineros disfrutar de una experiencia de minería “silenciosa y ecológica”.
0,3% del consumo energético global
Como ya mencionamos, el consumo energético de la red Bitcoin no es tan grave como muchos quieren hacernos creer, pues el mismo IEA señaló que actualmente la red consume cerca de 80 TWh anuales, que equivalen a un 0,3% del consumo energético a nivel global. A pesar de este bajo consumo, comparado con otras industrias o con el total de energía usada globalmente, las proyecciones sobre su incremento, a medida que la red crezca en adopción y dificultad, es lo que preocupa a algunos expertos. Pese a todo esto no queda duda de que el alarmismo sobre el consumo energético de Bitcoin es desmedido, no solo eso, dado el enorme impacto económico de esta tecnología, su consumo energético está bien justificado, y en la medida que la tecnología avance, este consumo se irá aplanando en el tiempo.
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