Alivio para los inversores de cripto: Suiza congela el intercambio de datos fiscales hasta 2027

Alivio para los inversores de cripto: Suiza congela el intercambio de datos fiscales hasta 2027

Suiza está incorporando el marco CARF en su legislación para el próximo año. Sin embargo, ha pospuesto su aplicación práctica hasta 2027.

El Consejo Federal Suizo ha decidido incorporar el Marco de Reporte de Criptoactivos (CARF) a partir del 1 de enero del próximo año, aunque la implementación efectiva de esta normativa se pospondrá hasta 2027 o incluso más adelante. Esto implica que la obligación de transmitir automáticamente información fiscal sobre cuentas de criptomonedas a otras autoridades internacionales no comenzará a aplicarse a partir de 2026; una medida que refleja las dificultades que supone armonizar las regulaciones globales con las leyes nacionales y garantizar que las empresas del sector cripto puedan adaptarse adecuadamente a las nuevas exigencias.

El CARF, establecido en 2022 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), busca establecer un estándar internacional para el intercambio de datos fiscales relacionados con criptoactivos. Su propósito es limitar la evasión fiscal y dar mayor transparencia al mercado, que crece con gran rapidez. 

El aplazamiento de su aplicación efectiva en Suiza demuestra que incluso países con gran experiencia en cooperación financiera internacional enfrentan obstáculos complejos a la hora de implementar regulaciones específicas para criptomonedas.

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¿Qué es el Marco de Reporte de Criptoactivos (CARF)?

El Marco de Reporte de Criptoactivos, conocido como CARF, representa un avance significativo en la regulación global de las criptomonedas y activos digitales. Su propósito es fortalecer la transparencia fiscal y frenar la evasión de impuestos que ha sido difícil de controlar debido a la naturaleza descentralizada y transfronteriza de estos activos. 

Gracias a este estándar, las autoridades fiscales de distintos países pueden compartir información sobre las transacciones en criptomonedas, lo que facilita un seguimiento más preciso y coordinado de estos movimientos financieros.

Esta iniciativa surge de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en respuesta al crecimiento acelerado y la complejidad del ecosistema cripto. CARF requiere que los proveedores de servicios, como los exchanges y custodios digitales, recopilen datos detallados de sus usuarios y reporten las operaciones internacionales a las autoridades correspondientes. De esta forma, limita el uso de criptomonedas para actividades ilegales como el lavado de dinero, la financiación de terrorismo o la evasión fiscal.

Además, el marco impulsa la colaboración entre países mediante un sistema que automatiza el intercambio de información fiscal, siguiendo un modelo probado en otros sectores financieros. En suma, esta regulación apunta a consolidar un entorno más seguro y responsable, integrando los criptoactivos dentro de las estructuras financieras globales con una supervisión más efectiva.

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Suiza afina su infraestructura para cumplir con los nuevos estándares internacionales

Suiza anunció que, aunque las normas del CARF entrarán en vigencia el próximo año, el comité fiscal decidió detener momentáneamente las negociaciones para definir con qué países se compartirá la información. Según la comunicación, esta pausa responde a la necesidad de crear una infraestructura sólida y eficiente que permita el intercambio automático de datos de cuentas relacionadas con criptoactivos. Así, el país se asegura de avanzar con una base técnica y organizativa bien preparada antes de activar el sistema.

Paralelamente, el gobierno ajustó la legislación fiscal local vinculada a las criptomonedas e implementó medidas transitorias que facilitan la adaptación para las empresas nacionales. Estas disposiciones ofrecen un margen de tiempo y flexibilidad, permitiendo a las compañías cumplir con los nuevos requisitos técnicos y administrativos del CARF sin dificultades.

En junio, el Consejo Federal planteó que el intercambio de datos comenzará en 2027 y concentra sus esfuerzos en garantizar que todo esté listo para esa fecha. Este compromiso refleja la apuesta de Suiza por una implementación cuidadosa y fortalece su posición como referente en el ámbito de las finanzas digitales. 

La expectativa de las autoridades, y de la industria en general, es que este proceso impulse un ecosistema más transparente y conectado a nivel global.

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El mapa mundial del CARF revela ritmos distintos en la implementación

Suiza forma parte de un grupo considerable de naciones que han decidido extender los plazos para poner en marcha el Marco de Reporte de Activos Digitales, según datos de la OCDE. 

En total, 75 países se comprometieron con este esquema, y mientras 47 de ellos arrancarán los intercambios de información en 2027, otros 27, entre los que están Canadá, Singapur y Emiratos Árabes Unidos, lo harán un año después, en 2028. Esta alineación muestra que el paso de Suiza responde a un ritmo compartido entre varias jurisdicciones clave.​

Finlandia, en cambio, avanza con mayor rapidez y prepara su plan para someterlo al Parlamento antes de fin de año, lo que la posicionaría entre los pioneros europeos en activar el intercambio automático de datos fiscales sobre activos digitales desde 2026. 

Mientras tanto, países como Argentina, El Salvador, India y Vietnam todavía no han adherido formalmente al marco, lo que resalta cómo las prioridades regulatorias y las capacidades institucionales varían en el mundo. Para varios expertos, estas diferencias marcan el pulso desigual de un esfuerzo global por estandarizar la transparencia fiscal en el ámbito digital.

Finalmente, Estados Unidos presenta un escenario propio, ya que la Casa Blanca evalúa propuestas para unirse al CARF, aunque sus primeros envíos de datos se esperan recién en 2029, colocándolo por detrás de otras potencias desarrolladas.