Perdió millones en un vertedero: la increíble búsqueda de un disco con Bitcoin

Perdió millones en un vertedero la increíble búsqueda de un disco con Bitcoin

James Howells perdió un disco duro con 8.000 Bitcoins en 2013. Hoy, con un valor millonario, lucha por recuperarlo enfrentando desafíos legales y tecnológicos.

Esta historia ha ocupado las primeras planas de los diarios mundiales que abordan el tema cripto. Es la de James Howells, quien hace más de una década perdió un disco duro que contenía los códigos de Bitcoins que ahora están valorados en cientos de millones de dólares.

Este ingeniero informático residente en Newport, Gales, Reino Unido, afirma que en el año 2013 su novia desechó accidentalmente un disco duro que contenía aproximadamente 8.000 Bitcoins obtenidos mediante minería en su hogar poco después del lanzamiento de la criptomoneda que revolucionaría el mundo de las DeFi en 2009.

En aquel entonces, cuando el BTC era desconocido para la mayoría y cuando se desestimó como activo y el incremento en su valor, Howells ya poseía una considerable fortuna perdida en un vertedero de basura de su localidad.

Hoy en día, si esas criptomonedas aún existen en un disco duro desechado en el cesto de la basura, su valor superaría los 400 millones de euros. A pesar de los numerosos obstáculos que ha enfrentado, Howells sigue decidido a recuperarlo.

El valor del BTC ha crecido muy significativamente en los últimos meses y con el disco duro estimado (al primer trimestre de 2025) en unos 783 millones de dólares, Howells considera lógico dedicar su jornada laboral y su energía a esta tarea. Sobre todo, cuando sus otros proyectos también están relacionados con las criptomonedas.

Todo comenzó en el año 2013, cuando la ex pareja de Howells tiró, por error, un disco duro que contenía 8.000 Bitcoins. Este dispositivo terminó en un vertedero administrado por el Ayuntamiento de Newport.

No hay salida legal

Perdió millones en un vertedero

En enero pasado, un juez del Tribunal Superior de la ciudad rechazó la solicitud de Howells de acceder al vertedero o de recibir una compensación de 495 millones de libras, equivalentes a unos 630 millones de dólares por la pérdida del hardware.

Según el tribunal, no había «motivos razonables» para presentar esa reclamación del demandante. La sentencia dictamina también que no existen «posibilidades realistas» de que el tema prospere en un juicio futuro.

En su sentencia, el juez André Kemper equiparó el caso del disco duro con 8000 BTC con la situación de haber desechado una clave privada de acceso a un banco escrita en un papel y destacó que la imposibilidad de acceder al Bitcoin sin dicha clave era responsabilidad exclusiva de Howells.

Sin embargo, James Howells no desmaya y actualmente, con el apoyo de la inteligencia artificial para representarse a sí mismo legalmente, está trabajando en una apelación que piensa presentar ante el Tribunal de Apelación de Newport.

No bastando la parte legal, ha manifestado a la prensa del Reino Unido y mundial su interés en adquirir el terreno en el cual se asienta el vertedero de basura. Esto cobró más fuerza para Howells después de que el ayuntamiento anunciara su intención de clausurarlo durante el año fiscal 2025-2026.

Los periodistas, entusiastas e investigadores independientes no han logrado declaraciones oficiales por parte del Ayuntamiento de Newport que señaló en un comunicado que no emitiría más declaraciones sobre el asunto.

El papel de la IA en la defensa

Howells comentó a la cadena británica BBC News que estaba conforme con el desempeño de su equipo de abogados y su labor legal durante el juicio en el Tribunal Superior. Sin embargo, y dado el resultado, indicó que para el caso que presentará ante el Tribunal de Apelación optará por representarse a sí mismo como lo permiten las leyes de la nación. Pero, en este caso, contará con la asistencia de un agente de inteligencia artificial que le servirá para respaldar su reclamación.

Según el ingeniero informático, la IA es «una tecnología verdaderamente sorprendente» y ha sido esta la que le ha permitido comprender con mayor claridad los procedimientos judiciales y las leyes del Reino Unido. Además, afirmó que cree tener, al menos, siete «fundamentos sólidos en derecho» para sustentar su demanda y serán estos los que espera poder exponer personalmente ante el Tribunal de Apelación.

¿Comprar el vertedero?

A pesar de que el caso fue desestimado en los tribunales con la sentencia del juez Keyser, la historia no concluye ahí y tomó un giro inesperado. El Consejo de la Ciudad de Newport anunció que piensa clausurar el vertedero antes de que finalice el 2026. Sustentaron la decisión enmarcándola en un proyecto para convertir este lugar en una granja solar para energía limpia.

Esto ha abierto una nueva puerta para Howells, quien ahora ve una posibilidad de comprar el vertedero para recuperar el disco duro. Así lo expresó él mismo en su cuenta de la red social X, antes conocida como Twitter.

No obstante, la factibilidad de esta compra está sujeta a asuntos legales y logísticos en Newport. De acuerdo con la afirmación de Howells, ya habría negociado esta opción con algunos socios inversores a quienes no nombró y hasta ahora se desconocen.

Sin embargo, este ambicioso plan se da de bruces con diversas incertidumbres y leyes. Todo él se edifica sobre varios elementos condicionantes como la actitud del concejo local, los posibles desafíos legales y logísticos y el proyecto de granja solar existente.

Argumentos para la apelación

Tras el fallo del Tribunal Superior de la mano del juez Andrew Keys, surge la decisión de Howells de acudir al Tribunal de Apelaciones. Ahí, con un asistente legal de inteligencia artificial, el ingeniero expondrá sus planes ante la decisión del ayuntamiento sobre clausurar el vertedero.

De acuerdo con lo revelado por Howells, esto es algo que debió haberse dado a conocer durante el juicio en el Tribunal Superior. Igualmente, parte de su apelación se centrará en que una vez que el vertedero esté en sus manos, el Ayuntamiento ahorrará gastos significativos de mantenimiento, puesto que se compromete a extraer y reciclar todo lo que se encuentre en el terreno. La idea es que al final del proceso tendría el disco duro y un vertedero vacío y limpio.

En el juicio del Tribunal Superior, las autoridades del Ayuntamiento alegaron que el disco duro pasó a ser de su propiedad al ingresar en el vertedero. Sin embargo, Howells argumentó que era así, puesto que fue su expareja quien lo desechó y no él.