La revolución cripto ecológica: la moneda digital que no gasta tanta energía

Bitcoin aparece en el año 2008, causando una vorágine en el mundo de las tecnologías financieras. Luego, aparecen muchas otras criptomonedas. En un principio, estas criptodivisas despiertan muchísimo entusiasmo, ya que ofrecen una alternativa diferente al dinero fiat.  Sin embargo, desde los grupos ecologistas se lanza duras críticas, puesto que para minar criptomonedas como el Bitcoin se gasta gran cantidad de energía y la huella de carbono es elevada. Así, las sorprendentes criptomonedas, en realidad, tienen un lado bastante negativo en cuanto a exceso de gasto energético.

Algunas referencias numéricas indican que para generar un Bitcoin se requiere un gasto energético que varía según el equipo que se use para minar. No obstante, una plataforma de minería estándar exige entre 450 y 500 vatios. A su vez, la huella de carbono de la minería de Bitcoins genera 23 millones de toneladas métricas de CO₂ anualmente

Se añade la mala noticia de que la cadena de blockchain del BTC cuenta con un protocolo conocido como “halving”, el cual reduce la cantidad de Bitcoins a la mitad en un periodo de cuatro años. ¿Qué significa esto? Que cada cuatro años se necesita duplicar la energía para obtener los BTC

¿Por qué son tan contaminantes las criptomonedas?

Para generar criptos, se requiere de ordenadores que se mantengan en funcionamiento las 24 horas. Se ejecutan cálculos muy complejos, que únicamente se pueden realizar con equipos potentes, los cuales consumen gran cantidad de energía. La utilizada es de tipo eléctrica, misma que en muchas ocasiones es obtenida en plantas de generación que requieren calor para el funcionamiento de sus grandes bobinas de producción de electricidad. 

Esta minería de criptodivisas gasta muchísima energía, tanta, que exige una producción extra de electricidad. Semejante generación de energía eléctrica tiene como secuela una liberación abismal de dióxido de carbono a la atmósfera. No estamos hablando de pequeñas cantidades de carbono, pues los más recientes cálculos señalan que la generación de criptomonedas ya libera más cantidad de CO₂ que toda la industria ganadera internacional.  

Ya es hora de admitir que la tecnología de criptodivisas debe ser revisada. Generar Bitcoins — o cualquier otra cripto — conlleva una contaminación que muchas veces pasa desapercibida: la liberación exagerada de carbono en el ecosistema terrestre. Este carbono es invisible, pero sus consecuencias son graves: incremento de la temperatura, sequías, acidificación de los océanos, mala calidad del aire, daños a las especies que habitan en el planeta, etc. ¿Acaso se justifica generar un caos ambiental a cambio de producir criptomonedas? La respuesta es un rotundo: ¡no! Por esta razón, se ha diseñado una cripto diferente, ecológica y que ha sido bautizada como la criptodivisa verde.  

Chia Coin, una criptomoneda ecológica

Es una cripto derivada de la red Chia presentada durante el año 2021. Es diseñada por Bram Cohen, quien previamente elabora los sistemas de intercambio conocidos como P2P, en BitTorrent. Esta criptodivisa funciona en un blockchain descentralizado, logrando así una mayor eficiencia energética. 

La criptomoneda Chia Coin (XCH) no utiliza el mecanismo de minería tan típico del bitcoin, sino un proceso que es llamado “farming”. La vocación ecológica de esta criptomoneda se evidencia incluso en su terminología. Para generar la cripto XCH no se usa el término “minar”, sino un proceso de menor consumo energético denominado “cultivar” criptos.

No se realizan complejos cálculos que exijan ordenadores que requieran gran cantidad de vatios. El sistema de cadena de información se maneja gracias a los participantes de la red, quienes deben demostrar que han estado almacenando datos durante periodos de tiempo cuantificables. Además, quienes son dueños de la moneda Chia Coin y mantienen activos sus ordenadores para el funcionamiento de esta criptomoneda, reciben el nombre de “jardineros”. Cada uno de estos jardineros tiene una “parcela” en la red, en la cual cultiva sus criptodivisas.

OPERA CON STABLECOINS

El éxito ecológico de Chia Coin proviene de una implementación mejorada y mucho más sencilla del proceso de transacciones entre los tokens. No se trata de una complicada trama de bloques que se combinan en un blockchain. En realidad, se replican muchas de las estrategias del sistema P2P, donde lo importante es que cada agricultor aporte una parcela de su disco duro para el crecimiento de la red. Es así como el gasto energético es mucho menor, logrando obtener una criptomoneda que no libera enormes cantidades de dióxido de carbono al ambiente.

Una criptomoneda apuntalada en el almacenamiento digital

En la red P2P, la velocidad y optimización del sistema mejora mientras más personas estén conectadas. Lo mismo sucede en el caso de la criptomoneda Chia Coin: mientras más personas la utilicen, más fuerza tendrá esta criptodivisa. Su algoritmo está diseñado para premiar con dos o tres tokens a quienes mantengan una sección de su disco duro dispuesta para el funcionamiento de la red. Es decir, la moneda se genera como un premio a cambio de que los usuarios donen almacenamiento digital.

La analogía con una “granja” es evidente: es necesario cuidar una parcela de la red, en la cual florecen los tokens Chia Coin. Mientras más almacenamiento digital exista, la red puede contar con mayor cantidad de nodos. Así se incrementa la velocidad de las transacciones, junto con la cantidad de criptomonedas circulantes. Este sistema tiene muchas novedades y ventajas, pero lo más importante es que elimina la necesidad de hacer complejos cálculos en ordenadores, disminuyendo notablemente la cantidad de energía utilizada.

INVITA Y GANA

La criptomoneda Chia Coin ya está presente en la mayoría de los exchanges. Tiene el apoyo de numerosas organizaciones ecologistas. Incluso, personalidades como Elon Musk han emitido opiniones halagadoras para esta moneda ecológica. No es casualidad que esta divisa digital haya sido bautizada como la “criptomoneda verde”, ya que abre perspectivas novedosas para la implementación de criptomonedas. Si las criptodivisas han de perdurar, debe ser porque además de cómodas y adaptadas a la tecnología de nuestra época, también es porque son una solución ecológica y respetuosa con el ambiente que debemos cuidar para las futuras generaciones.