Bitcoin se ha convertido en una herramienta de libertad para la Fundación de Derechos Humanos (HRF), que ha financiado 20 nuevos proyectos enfocados en la criptomoneda para garantizar que esta sirva mejor a la sociedad.
La Fundación de Derechos Humanos (HRF) ha anunciado la asignación de 1.000.000.000 de satoshis a 20 proyectos innovadores que buscan utilizar Bitcoin como una herramienta para la educación técnica y la defensa de los derechos humanos.
Este financiamiento, que se realizó a principios de este mes, se centra en ayudar a las personas que viven bajo regímenes autoritarios, al proporcionar soluciones financieras más privadas basadas en Bitcoin y blockchain a grupos de derechos humanos, como activistas, organizaciones y periodistas de todo el mundo.
Esta iniciativa, que se enmarca en el Fondo de Desarrollo de Bitcoin que se lanzó en 2020, busca hacer de Bitcoin un recurso más accesible y seguro para todos, especialmente para quienes enfrentan la opresión y la censura.
10 bitcoins para impulsar la educación técnica
La HRF ha identificado la educación técnica como un componente crucial para empoderar a los ciudadanos en países donde las libertades están restringidas.
A través de su Fondo de Desarrollo de Bitcoin, la organización ha financiado una variedad de proyectos que no solo buscan educar a las personas sobre el uso de Bitcoin, sino que también promueven el desarrollo de herramientas que mejoren la privacidad y la descentralización del protocolo de Bitcoin. En total, los 20 proyectos subvencionados recientemente recibieron 10 BTC de parte de la organización, equivalentes a unos $630.000 dólares, al momento de escribir este artículo.
Uno de los principales proyectos beneficiarios de esta ronda de financiamiento es African Bitcoiners, una comunidad que se dedica a introducir a los africanos en el mundo de Bitcoin. Este proyecto está enfocado en la creación de un curso de Bitcoin pensado para principiantes, así como en la implementación de rutas de pago para comerciantes a través de la red Lightning Network. Ambas iniciativas están pensadas para ayudar a los africanos a acceder a la soberanía financiera a través de la criptomoneda y red blockchain.
Otro de los proyectos destacados en el ámbito de la educación técnica sobre Bitcoin es Kiveclair, que opera en la República Democrática del Congo. Según explicó la HRF, este proyecto se dedica a educar a activistas, periodistas y desarrolladores sobre el potencial, las ventajas y los casos de uso innovadores de Bitcoin, además de ofrecer refugio a personas desplazadas por conflictos sociales y políticos.
Con el apoyo de la HRF, Kiveclair planea organizar su primera conferencia local, fortaleciendo aún más su papel como un centro de educación y activismo de Bitcoin en la región.
En este país, Bitcoin ha tenido un papel importante para ayudar a organizaciones y comunidades a generar ingresos. Por ejemplo, como informó este medio, el parque nacional Virunga, el más antiguo de África, se ha apoyado en la minería de Bitcoin, operando miles de equipos de minado para generar recursos financieros para cubrir sus gastos operativos, ya que el parque no recibe recursos del gobierno para su mantenimiento y operaciones desde hace años.
Proyectos clave para la privacidad y la descentralización
El reciente financiamiento de la HRF también se ha dirigido a iniciativas que buscan mejorar la privacidad y la seguridad en el uso de Bitcoin.
Por ejemplo, Stratospher, un desarrollador de Bitcoin Core, ha sido subvencionado para impulsar su proyecto, que se centra en mejorar la privacidad de la red P2P de Bitcoin, lo cual es esencial para proteger a los usuarios de la vigilancia financiera y la censura por parte de gobiernos autoritarios. El apoyo financiero permitirá a Stratospher dedicarse a tiempo completo a sus esfuerzos de desarrollo en la red blockchain.
Por otro lado, Harbor, una billetera de efectivo de código abierto, es otro de los proyectos que recibieron financiamiento de la Fundación de Derechos Humanos. El objetivo de Harbor es proporcionar una mejor privacidad en las transacciones de Bitcoin, que permita resguardar a los defensores de los derechos humanos que enfrentan la vigilancia gubernamental.
El apoyo de la HRF permitirá a Harbor avanzar hacia su lanzamiento de producción 1.0, ampliando así las herramientas disponibles para la protección de la privacidad financiera.
Otros proyectos destacados por el Fondo de Desarrollo de Bitcoin
La reciente asignación de 1.000 millones de satoshis, o 10 BTC, ha permitido que varios proyectos innovadores reciban financiamiento, como Silentium, una billetera de Bitcoin autogestionada y centrada en la privacidad, diseñada para que los activistas puedan recibir donaciones sin comprometer su identidad; Coracle, un cliente web de Nostr diseñado para crear una experiencia de redes sociales sin cesura que empodere a las personas en todo el mundo; y The 256 Foundation’s, centrado en hacer que la minería de Bitcoin sea libre y abierta y en permitir a las personas minar Bitcoin lejos de la vigilancia en regímenes autoritarios, entre otros.
Con estas subvenciones, la HRF continúa demostrando su compromiso con la promoción de la libertad y los derechos humanos a través de la innovación y el uso de tecnología de vanguardia como Bitcoin.
Con cada ronda de financiamiento, la fundación espera abrir un nuevo camino para que las comunidades en situaciones difíciles accedan a herramientas que les permitan mejorar su situación financiera y luchar por sus derechos fundamentales.
Asegurando el desarrollo futuro de Bitcoin
El Fondo de Desarrollo de Bitcoin de la HRF no solo busca financiar proyectos, sino que también aspira a crear un ecosistema donde los derechos humanos y la tecnología financiera se entrelazan. A medida que más proyectos reciben apoyo, se espera que la red de Bitcoin se convierta en una herramienta aún más poderosa para la resistencia y la libertad en todo el mundo.
A la fecha, esta organización ha realizado más de 80 asignaciones de fondos, subvencionado a más de 40 proyectos de Bitcoin y distribuyendo más de $2,7 millones de dólares. Todo esto con la finalidad de asegurar que la privacidad y la libertad financiera sean accesibles para todos.
