Gael Sánchez Smith, autor del libro Bitcoin lo cambia todo en el que enuncia las implicaciones sociales y económicas de la invención más importante del siglo XXI es Ingeniero por la Universidad de Exeter, máster en Filosofía moral y política por la universidad de Salamanca y máster en Economía por OMMA y la Universidad Francisco Marroquín. Además de contar con una formación multidisciplinar es un pensador independiente y ha trabajado como trader de renta fija en Londres, como ejecutivo comercial para una importante empresa de software británica en proyectos de modernización de aplicaciones empresariales y actualmente trabaja como trader y gestor de inversiones centrado en bitcoin y en empresas innovadoras alrededor de la sostenibilidad y el cambio climático.
En la Expert Session comenzaba explicando que algo que siempre había percibido desde su juventud es que existían problemas con el sistema económico en el que vivimos, viviendo de cerca la crisis del ladrillo en España, la gran recesión y la quiebra de Leman Brothers y dándose cuenta de que, a su juicio, toda esta situación se solventaba de forma injusta ya que las mismas entidades financieras que provocaron la crisis fueron rescatadas, poniendo de manifiesto los problemas morales del sistema económico actual.
De esta forma, enunciaba que como base, a la hora de explicar a alguien que está empezando o que quiera profundizar en Bitcoin, como le consultaba Javier Pastor, en qué consiste, es clave conocer que existe un problema con el sistema actual. Esto es fundamental para entender Bitcoin, ya que pretende ser una alternativa a lo que actualmente existe.
Gael explicaba como existen problemas con el sistema económico y monetario y como muchos de los problemas económicos derivan del sistema monetario. De esta forma, bitcoin puede solucionar muchos de los problemas que hay, pero para eso es clave entenderlos.
Han existido diferentes tipos de dinero a lo largo de la historia: dinero basado en mercancías, oro y plata, deuda y el patrón fiat. El dinero fiat es fácil de digitalizar y otorga beneficios, pero tiene claros problemas, según Gael: el emisor es el estado, con lo que la arbitrariedad es absoluta y tiene un gran elemento de censura. El estado puede congelarlo, el banco puede cerrarnos la cuenta. El dinero fiat es fácil de producir y de censurar, lo cuál se traduce en una alta inflación, como estamos viendo en la actualidad, y en la búsqueda de alternativas por parte de la gente.
Esta desigualdad tiene su origen en el sistema monetario. No es meritocrática sino que obedece a una serie de incentivos que introduce el sistema monetario y que vienen dados por esa arbitrariedad.
Cuando los bancos centrales emiten dinero fiat lo hacen emitiendo deuda y controlando la economía. Si se busca más actividad económica se bajan las tasas de interés y los bancos comerciales crean más dinero. Si se busca frenar la actividad económica suben los tipos de interés y se aspira dinero de la economía. Desde los años 70 han pasado cincuenta años en los que no se ha parado de crear deuda y de crear dinero, conformando una burbuja de activos.
De esta manera, la generación boomer, por ejemplo, ha podido conseguir muchos más activos, pero para las generaciones posteriores resulta casi imposible porque los activos están inflados por esta burbuja. El dinero fiat fomenta esta desigualdad intergeneracional y la desigualdad social entre clases. Hace sencillo que alguien con patrimonio se haga más rico colateralizando los activos que tiene y consiguiendo más deuda a precio bajo que pagamos los demás. Los tipos de interés son bajos y la inflación reduce el valor de la deuda y empuja al alza el precio del valor inmobiliario.
En el otro lado de la balanza, una persona asalariada sin activos que quiere ahorrar y no tiene riqueza no puede ir al banco y pedir una hipoteca a no ser que pague una entrada muy alta. Si no tienes activos ni dinero para la entrada no tienes acceso. La riqueza se canaliza hacia los que más tienen de forma sistemática.
Gael explicaba también que la actual crisis es inflacionaria, con unos niveles de deuda pública muy elevada. En los años 70 la gran inflación se controló subiendo los tipos de interés. Pudieron hacerlo porque la deuda no era tan alta, pero actualmente si se suben los tipos en exceso la empresas empezarían a quebrar y las familias también. Para solucionarlo, Gael valora que se va a intentar buscar un equilibrio entre subir los tipos de interés, dejando que la inflación corra a unos puntos más altos, intentando bajar los niveles de deuda PIB subiendo el PIB artificialmente con la inflación y buscando que el ratio deuda/PIB se reduzca.
Y aquí Bitcoin es la alternativa porque su oferta no se puede alterar, está predefinida desde su creación y no existe ningún otro activo con esta oferta monetaria inelástica. «Cuando el mercado busque alternativas Bitcoin va a brillar como atributo por su oferta inelástica», explicaba.
En cuanto a la blockchain, estos expertos explican como más que una tecnología se trata de una arquitectura con la que poder construir aplicaciones de una forma concreta. Lo mejor para comprender esto es pensar en Bitcoin: universal (todo el mundo puede crear una cuenta y transaccionar) y que nadie puede cambiar las normas, nadie puede crear nuevas monedas. La idea es aplicar estos principios a otros ámbitos: DeFi, redes sociales o todas las aplicaciones que se nos ocurran.
Gael Sánchez explicó como en PoS en vez de mineros existen validadores. Los validadores no pueden censurar si no controlan más de la mitad del stake. En el caso de Ethereum, considera que el stake se está hipercentralizando en entidades como Coinbase, Lido, Kraken o Binance que controlan más de la mitad, pudiendo decidir quien transacciona y quién no.
PoW requiere una inversión inicial en máquinas y consumo de energía para poder llevar a cabo la prueba de trabajo mientras en PoS las entidades no tienen costes operativos. Si los gobiernos se deciden a censurar las transacciones con Bitcoin existirían unos costes asociados que no están en Ethereum. Este experto explicó también que lo más probable es que Ethereum termine siendo capturado por el gobierno americano.
En cuanto al impacto ambiental de Bitcoin, Gael se mostraba muy concienciado respecto a este punto y explicaba que asume que Bitcoin consume mucha energía, pero considera que PoW es la única forma de tener un sistema descentralizado. En sus propias palabras: “la descentralización cuesta energía” y cuenta con unos beneficios sociales enormes.
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Puntualizaban también que el sistema FIAT o la minería de oro también consumen energía y que si se estudia el consumo de Bitcoin se desprende que un gran porcentaje son energías limpias porque Bitcoin consume la energía con el menor coste marginal. Centrales hidráulicas abandonadas, excedente de energía solar o eólica, campos de producción de petroleo con el metano que se produce como residuo… Fuentes energéticas que no tienen un componente muy alto de gases de efecto invernadero.
Además, como tiene unos costes de demanda muy particulares, Bitcoin puede ayudar a balancear la red, absorbiendo los excesos o adaptándose a los defectos de energía existentes en el mundo.
Para Gael, el dinero es una abstracción, un símbolo. Si imprimimos más dinero no vamos a tener más riqueza porque esta viene dada por los factores de producción y por como lo usamos para producir bienes y servicios. El dinero es una herramienta para coordinarnos y para que el sistema de precios del mercado nos diga que necesitamos producir.
Entonces, en cuanto a la crítica que defiende que la oferta inelástica de Bitcoin propiciaría que el consumo se paralizase, Gael explicaba que lo importante es que la cantidad de dinero no sea modificable arbitrariamente, porque esto descoordina la economía. No hay un problema con que la oferta monetaria esté rígida. Lo que sí va a cambiar es quien va a recibir la riqueza. Si tenemos un dinero con una oferta fija cambiamos como se distribuye la riqueza impidiendo que el que más riqueza tiene pueda colateralizar esa riqueza, pedir deuda y acaparar más riqueza.
La deuda estaría más limitada al corto plazo. A la hora de la vivienda, por ejemplo, explica que con la implementación del sistema Bitcoin veríamos una gran bajada en los precios de la vivienda. En cuanto a la financiación, en lugar de realizarse mediante deuda se realizaría mediante equity, lo que quiere decir que no serían los que tengan los mayores activos los que tendrían acceso al capital sino quien tenga las mejores ideas, los mejores proyectos.