Las criptos entran en la banca tradicional: así será el nuevo sistema de compraventa que ya prepara el sector financiero

La banca tradicional española se adapta para integrar criptomonedas con custodia segura y nuevos servicios financieros regulados.

Un cambio profundo está a punto de sacudir el núcleo del sistema financiero español, que durante años se ha movido con la cautela casi ritual de un monje en su celda. Este sistema ha basado su seguridad en pilares tangibles como el ladrillo, la deuda soberana y los depósitos garantizados, con reglas estrictas y modelos conservadores que han protegido el tejido económico.

Sin embargo, las marejadas creadas por la irrupción de los criptoactivos exigen algo más que observación pasiva; están llamando a mojarse los pies, a adaptar la vieja prudencia a nuevas realidades digitales. Según un reciente informe de Funds Society, esa transformación ya está en marcha, pues la banca española se posiciona para dar el salto definitivo a la gestión y custodia de criptoactivos, abriendo paso a una nueva era financiera donde la tradición y la innovación convergen.

COMPRA ETHEREUM AQUI

La banca tradicional y los criptoactivos: un matrimonio en construcción

La entrada de las criptomonedas en el ámbito bancario tradicional es mucho más que una tendencia: es una respuesta a las demandas crecientes de los clientes, especialmente los jóvenes, que cada vez se sienten más cómodos con los activos digitales. Durante mucho tiempo, la banca española se mostró reticente a involucrarse en este terreno, principalmente por la incertidumbre regulatoria y los riesgos asociados a la custodia de estos activos. No obstante, ahora ese panorama está cambiando radicalmente gracias a una legislación europea más clara y consistente, representada por el marco regulatorio MiCA (Markets in Crypto-Assets).

Este nuevo marco no solo define quién puede comercializar con criptoactivos, sino que establece estrictos estándares para su custodia y comercialización, marcando así un camino seguro para que entidades bancarias tradicionales puedan ofrecer estos servicios con las garantías que sus clientes esperan. Es importante destacar que para la adopción institucional de criptomonedas el papel de los bancos será fundamental, pues ofrecen confianza, infraestructura consolidada y cumplen con requisitos legales robustos que muchos exchanges aún no pueden igualar.

BBVA, pionero en este campo dentro del territorio español, consiguió ya la licencia necesaria para custodiar y vender bitcoins y ether, sumándose a la transformación con una propuesta híbrida que combina carteras segregadas y servicios de recuperación de activos. Este modelo se inspira en el sistema que operan en Suiza y refleja el esmero que exige ofrecer un servicio seguro y confiable. Simultáneamente, CaixaBank estudia integrar la custodia dentro de Imagin, su plataforma fintech, para que los usuarios puedan gestionar criptomonedas y otros servicios financieros desde una misma interfaz, sin sacrificar experiencia ni seguridad.

Custodia: el desafío que separa al aficionado del profesional

Un aspecto crucial en esta integración es la custodia de criptoactivos, un proceso que va mucho más allá de guardar un archivo en la nube o un simple código privado. La custodia segura requiere la implementación de protocolos complejos que incluyen firmas múltiples, almacenamiento en frío (offline), segregación de claves y capas de seguridad redundantes para proteger los activos de riesgos tecnológicos y humanos. Esta exigencia técnica y operativa ha sido un fuerte escollo para muchos actores nuevos en el mercado, pues la inexperiencia puede provocar errores fatales que ponen en riesgo la confianza del usuario.

La banca tradicional, apoyada por tecnologías avanzadas y regulaciones claras, tiene la oportunidad de ofrecer custodia con garantías superiores a las de muchas plataformas no reguladas. De este modo, puede atraer no solo a pequeños usuarios sino a inversores institucionales que requieren seguridad jurídica y operativa para participar activamente en el mundo cripto.

Además, el Reglamento Europeo sobre Resiliencia Operativa Digital (DORA), que entrará en vigor en 2025, exige auditorías frecuentes a proveedores externos y planes de contingencia rigurosos, elevando aún más los estándares de seguridad y resiliencia para proteger los activos digitales de forma integral.

EXPLORA EL POTENCIAL DE TUS CRYPTOS

Nuevos productos financieros y la evolución de los servicios bancarios

El reencuentro entre la banca tradicional y las criptomonedas no se limita a la custodia. El horizonte presenta una gama diversificada de productos financieros vinculados a criptoactivos. Por ejemplo, será común ver fondos indexados a criptomonedas que permitan a los usuarios acceder a esta clase de activos sin necesidad de manejar claves privadas o wallets digitales. También aparecerán cuentas remuneradas en monedas estables, que ofrecen estabilidad y rentabilidad, y el acceso a derivados como futuros de bitcoin directamente desde plataformas bancarias.

Estas innovaciones reflejan una transición hacia un modelo donde la banca asume un rol activo en la democratización del acceso a las criptomonedas, combinando la robustez de sus infraestructuras con la agilidad de las fintechs. Sin embargo, la clave del éxito radicará en mantener un equilibrio entre la innovación y la responsabilidad, asegurando que los usuarios comprendan bien los riesgos y beneficios de estos nuevos productos.

Demanda creciente y contexto de mercado

El interés por las criptomonedas en España está en auge. Según un reciente estudio, la cantidad de españoles que poseen criptoactivos prácticamente se ha duplicado en apenas dos años, pasando del 4% en 2022 al 9% en 2024, destacando además que España lidera Europa por el porcentaje de mujeres inversoras. Este crecimiento sostenido impulsa a las entidades financieras a crear ofertas más atractivas y seguras para cubrir esta demanda, además de construir un ecosistema que fomente la confianza y la transparencia.

Este escenario también se complica por la limitada oferta de bitcoins generados diariamente, que ronda los 450 bitcoins, un valor significativo pero aún pequeño a nivel global. Por eso, es la demanda la que mueve el precio y genera oportunidades para quienes ofrecen acceso confiable y estructurado a estos activos.

Regulación y confianza: la base del futuro financiero digital

Uno de los mitos persistentes ha sido la supuesta ausencia de regulación en el sector cripto. Actualmente, la Unión Europea cuenta con un marco regulatorio avanzado, siendo MiCA la piedra angular que dota de transparencia, trazabilidad y solvencia al comercio de criptomonedas. Estos estándares incluso pueden superar a muchos mercados financieros tradicionales, lo que abre una ventana única para que la banca tradicional brille ofreciendo servicios auditados, asegurados y totalmente legales.

La banca además debe cumplir con normativas nacionales y europeas sobre protección de datos (como el RGPD), así como políticas estrictas anti lavado de dinero (AML/CTF). La conjunción de estas regulaciones asegura una protección óptima para los usuarios y les da la tranquilidad necesaria para operar en un entorno legalmente respaldado.

En este contexto, proyectos como Bit2Me juegan un papel relevante, al trabajar estrechamente con reguladores para cumplir con la normativa europea y ofrecer servicios de custodia y compraventa regulados, contribuyendo a consolidar un mercado más seguro y maduro.

La banca española en el tablero digital: un futuro prometedor

Sea como sea, los bancos españoles llegan a este nuevo escenario con ventajas competitivas importantes. Su reputación, la confianza del usuario y la infraestructura de core banking desplegada les permiten afrontar la entrada en el mundo cripto con una base sólida. Sin embargo, también enfrentan el reto de mantenerse ágiles y adaptarse rápidamente a un mercado que no perdona la rigidez ni la improvisación.

El salto al mercado de criptoactivos es una oportunidad para redefinir su rol en la economía digital, pasando de guardianes conservadores a facilitadores activos que impulsan la innovación financiera. Cómo manejen este proceso determinará no solo su futuro, sino también la evolución del ecosistema financiero español en las próximas décadas.