China está trabajando en crear una infraestructura digital para soportar el análisis de datos con el que reforzar el control del Partido Comunista Chino sobre la población de la nación. El último movimiento del gobierno chino ha sido la creación de una red de infraestructura NFT con objetivos de control geopolítico.
Debido a su naturaleza, cuando alguien compra un NFT obtiene un código que lo vincula con su billetera digital. Esto significa que funciona como una especie de recibo digital, registrando la información de sus propietarios en la blockchain, de forma que cualquiera puede ver el historial de propiedad del activo.
Los funcionarios chinos no utilizan la tecnología Web 3 como tal (cadenas de bloques y aplicaciones descentralizadas), sino que utilizan la Red de Servicios Basados en la Cadena de Bloques (BSN), un proyecto desarrollado en la cadena de bloques bajo la supervisión del Centro de Información Estatal de China, con la idea de implementar los NFTs de identificación en sus funcionalidades.
China contra los NFT comerciales
Mientras estudia la implementación de este tipo de NFT en su red propia, el gobierno de China ha prohibido la venta de cualquier tipo de NFT comercial que funcione sobre las redes habituales como Ethereum. La prohibición suele recaer sobre las empresas tecnológicas como WePay que suspendió las cuentas de aquellos usuarios que compraron NFT.
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NFT como certificados digitales
A diferencia de otras cadenas de bloques que permiten a cualquier usuario anónimo operar libre y anónimamente sus nodos, la BSN funcionará de forma diferente. En este sentido, dispondrá de los Certificados Digitales Distribuidos (DDC), una especie de NFT que verificará la identidad de todos los usuarios que operen un nodo.
La BSN también funcionará con un libro de contabilidad descentralizado, aunque no carece de permisos. Para ser desarrollador de software sobre BSN los usuarios deberán registrarse y disponer de un DDC como licencia comercial.
De hecho, el gobierno Chino ha bautizado su blockchain como “una cadena abierta con permiso”. Es decir, que cualquiera podrá construir aplicaciones sobre ella, pero siempre que disponga del permiso (DDC). Además, la BSN tiene dos versiones: una para usuarios chinos y otra para usuarios extranjeros.
Los extranjeros no podrán utilizar ninguna criptomoneda para comprar sus DDC, sino que tendrán que hacerlo obligatoriamente en yuanes, por lo que se verán obligados a conectarse a una institución financiera china para realizar la transacción.
Los responsables de BSN han señalado que su objetivo es acuñar miles de millones de NFTs al año. Sin embargo, no tendrán nada que ver con el arte o los videojuegos, sino que se tratará de certificados para la gestión de cuentas de usuario.
Casos de uso de los NFT del gobierno chino
El director ejecutivo de la BSN ofreció ejemplos de los casos de uso que podrían tener estos NFT chinos, poniendo un ejemplo muy sencillo: los vehículos a motor.
En este sentido, todos los países del mundo tienen un departamento de tráfico, donde los datos de los vehículos a motor están centralizados. Vender un coche o renovar la licencia de conducir requiere enviar información, en muchos casos, nos obliga a desplazarnos hasta la oficina de tráfico.
La transmisión de los datos será mucho más rápida y eficiente si se convierte en un NFT, con varios segmentos de información implementados y controlados por varias claves privadas. Para mejorar la transparencia, todos los datos se guardan sobre la blockchain.
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Aunque a primera vista pueda parecer un caso de uso mundano, lo cierto es que registrar los datos de todos los vehículos, permitiría al gobierno de China controlar la circulación de los ciudadanos, prohibiendo el acceso a ciertos lugares a ciertas personas o vehículos.
De hecho la idea es que no se trate de un solo NFT que contenga toda la información. El gobierno chino pretende que la BSN tenga la información compartimentada y enlazada. De esta forma, es posible que exista un NFT con los datos de la matrícula y del coche, que estará enlazado con otro que contenga los registros de velocidad del conductor, historial de multas, así como información biométrica (reconocimiento facial, etc.).
Más control sobre el comercio mundial
Por otra parte, esta infraestructura blockchain también busca reforzar el control de China sobre el comercio internacional. En este sentido, el gobierno quiere impulsar la creación de “aduanas inteligentes” con las que controlar el comercio digital. Los DDC y la BSN podrían ser una herramienta con la obtener este control.
Este impulso a la digitalización y el apoyo a la tecnología blockchain, se alinea con las declaraciones del presidente Xi Jinping de que “los datos son el nuevo factor de producción”. La estrategia china pasa por aprovechar los datos como fuente de alimentación para su nueva economía.
Por otra parte, China quiere que sean sus propios desarrolladores los que tomen el control de la creación de la blockchain a nivel global. Esto se debe a que creen que, de la misma forma que Estados Unidos ha controlado Internet, al ser sus desarrolladores los que dieron forma a la red original, China puede controlar la Web 3 si son pioneros en el desarrollo de tecnologías estables.
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