En este artículo intentaré analizar la desbancarización que sufre una parte importante de la población mundial, haciendo una reflexión de como a partir de ciertos criterios en nuevas tecnologías como Blockchain y Bitcoin como nuevo medio de pago, se puede amortiguar la inclusión financiera. Y es que, si duda alguna, el impacto de la tecnología blockchain en los mercados globales mercantilistas y sociales podrían tener efectos directos en las regiones más dañadas por la inclusión financiera, sobre todo en ciertas regiones y rangos de género.
Así puedo comenzar indicando que la inclusión financiera está aumentando a nivel mundial en los últimos años y se ha visto acelerada por el uso de los teléfonos móviles y el uso de Internet. Los logros han sido muy diferentes y en mi opinión un tanto injustos y pobres ya que, de una zona a otra, de un país a otro y lo peor, en la diferencia de género han existido grandes horquillas. En el último informe del Banco Mundial sobre el uso de los servicios financieros indican que los hombres siguen teniendo más opciones que las mujeres de ser titulares de una cuenta bancaria.
A nivel global, el 69 % de los adultos, alrededor de 3800 millones de personas hoy tiene cuenta en un banco o un proveedor de dinero móvil o criptomonedas, lo que constituye un eslabón fundamental de una cadena de esclavitud, que es sin duda, un punto de inflexión para escapar de la pobreza. Se trata de un incremento del 62 % en 2014 y al escaso 51 % registrados en 2011.
Como esgrimía anteriormente, la diferencia entre zonas geográficas es brutal y a menudo limitada por grandes disparidades entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres, nuevamente un sistema de esclavitud social. En las economías en desarrollo, la diferencia entre los hombres y las mujeres se mantiene inalterable, pero en los países en vías de desarrollo se disparan los ratios.
Según nos informa Global Findex, “En los últimos años se han dado pasos importantes en todo el mundo para acercar a las personas a los servicios financieros formales”, afirmó el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim.
Indudablemente la inclusión financiera permite a las personas ahorrar para atender necesidades familiares, sanitarias, pedir préstamos para respaldar una actividad económica o disponer de reservas para casos de emergencia. Yo diría que es un derecho fundamental del ser humano.
Vinny Lingham, cofundador surafricano del proyecto Civic, deja ver que el problema de la desbancarización radica en que los individuos no pueden realizar sus transacciones económicas sin dificultad o impedimentos varios.
En mi opinión diré que tenemos que empezar a asumir que el mundo no necesita realmente una cuenta bancaria para ser útil en la sociedad mercantil empresarial o en el mercado de trabajo a nivel laboral. Lo que el mundo necesita es que cada persona tenga la oportunidad de realizar transacciones mercantiles y de pago sin dificultad alguna, de una manera independiente y abanderando la libertad de sus activos.
La desbancarización es un problema que afecta a una parte significativa de la población mundial como ya he mencionado anteriormente. El Banco Mundial estimó que para el año 2018, un 31% de la población adulta a nivel mundial no tendría acceso al sistema financiero tradicional, y eso solo en la estadística que ha podido configurar con los datos recogidos. En los países en vías de desarrollo es donde las cifras de desbancarización se disparan.
Con la desbancarización, los individuos se enfrentan a un mal funcionamiento de los servicios básicos, como el de alimentación y sanitario e incluso el registro de la identidad personal, familiar o jurídica no funciona como debería funcionar, creando vacíos imperdonables. Esto es nota en sol mayor en los campos de refugiados, pongamos por ejemplo.
Así puedo enunciar que un sistema de pago como Bitcoin permite que los individuos puedan realizar transacciones de manera más sencilla, rápida, sin coste y libre, a través de un dispositivo en el que pueda instalarse una wallet o monedero de criptomonedas o bien tener acceso a un monedero online y pueda tenerse acceso a la red para solicitar la confirmación de las transacciones. También hay que destacar que esa libertad financiera y de propiedad que da Bitcoin y algunas criptomonedas, se puede utilizar a la vez como depósito de valor o como inversión e incluso como órgano especulador para crear más riqueza.
Para que las criptomonedas sean una herramienta que permita la inclusión financiera, hace falta primero que los individuos tengan acceso a Internet y a dispositivos móviles, pero lo más importante es que exista una campaña de educación masiva que informe y eduque sobre la existencia de Bitcoin y su uso. Al mismo tiempo es necesario educar a las personas sobre las estafas que pretenden sacar provecho de su desconocimiento, y que a la vez enseñe que la volatilidad de Bitcoin es un síntoma propio de este activo y mercado que todavía está en construcción. Una acción que en Academy Bit2Me lleva inscrita en su ADN y se deja la piel día a día en este fascinante y laborioso trabajo.
Como dato sobre este tema, podemos mencionar que su Majestad la Reina Máxima de Holanda, asesora especial de las Naciones Unidas sobre inclusión financiera para el desarrollo enunciaba lo siguiente: “Los servicios financieros digitales fueron la clave de nuestro desarrollo reciente y seguirán siendo esenciales mientras procuramos alcanzar la inclusión financiera universal”.
A nivel, global mundial, hay 1700 millones de adultos que aún no están bancarizados, dos tercios de ellos poseen un teléfono móvil que podría ayudarlos a acceder a los servicios financieros y medios de pago. Tan fácil como acceder a un exchange de criptomonedas online, como Bit2Me, abrir cuenta y adquirir una billetera que le incluirá directamente en el sistema de medios de pago para actividades varias y mercantiles.
Mediante la tecnología digital y la nueva tecnología de cadena de bloques, podrían dar uso a las operaciones que actualmente se realizan en efectivo pudiendo incorporar a gran parte de la población desbancarizada para incorporar a más personas al sistema financiero o bien al sistema mercantil haciendo uso de medios de pago.
Otro dato esclarecedor es que más de 200 millones de adultos no bancarizados que trabajan en el sector privado solo reciben pagos en efectivo, o en cheques nominativos o al portador y eso se extrapola al sector agrario donde la cifra ronda también en más de 200 millones que se mueven en el sector sin condiciones financieras estables.
Expongamos como se encuentra la situación regional a nivel global, mundial
En África al sur del Sahara, el dinero móvil impulsó la inclusión financiera. Mientras que la proporción de adultos que tienen cuenta en una institución se mantuvo estable, la proporción de adultos que tienen una cuenta de dinero móvil casi se duplicó al alcanzar el 21 %. Desde 2014, las cuentas de dinero móvil y cripto se han extendido de África occidental a África occidental y otras regiones.
En Asia Oriental y el Pacífico, el volumen de operaciones financieras digitales creció aun cuando la cantidad de titulares de cuentas se mantuvo estancada. Hoy en día, el 71 % de los adultos tiene cuenta, es decir, se registraron pocos cambios en los últimos años. Una excepción es Indonesia, donde la proporción de personas que tienen cuenta aumentó 13 puntos porcentuales al alcanzar el 49 %. La desigualdad de género es baja: en Camboya, Indonesia, Myanmar y Vietnam, los hombres y las mujeres tienen las mismas probabilidades de poseer una cuenta. Las operaciones financieras digitales se han acelerado, especialmente en China, donde la proporción de titulares de cuentas que utilizan Internet para pagar facturas o comprar cosas aumentó a más del doble (57 %).
Así vemos que la tecnología digital podría aprovecharse para aumentar aún más el uso de cuentas: 405 millones de titulares de cuentas de la región pagan facturas de servicios en efectivo, pese a que el 95 % de ellos tiene teléfono móvil.
En Europa y Asia Central, la cantidad de titulares de cuentas aumentó del 58 % de los adultos en 2014 al 75 % en 2018. Los pagos de salarios, pensiones y beneficios sociales que realiza el Estado a través de medios digitales han ayudado a impulsar ese aumento. El 17 % de las personas bancarizadas abrió su primera cuenta para recibir pagos del Estado. El porcentaje de adultos que realiza o recibe pagos digitales y en criptomonedas se incrementó un 14 % al alcanzar el 60 %. La digitalización de todos los pagos de pensiones públicas podría reducir en hasta 20 millones el número de adultos no bancarizados.
En América Latina y el Caribe, el acceso amplio a la tecnología digital y blockchain podría permitir el crecimiento acelerado del uso de tecnología financiera o de medios de pago: el 55 % de los adultos tiene teléfono celular y acceso a Internet, es decir, 15 puntos porcentuales más que el promedio del mundo en desarrollo. Desde 2014, la proporción de adultos que realiza o recibe pagos digitales y en cripto ha aumentado unos 8 puntos porcentuales o más en economías como las de Bolivia, Brasil, Colombia, Haití y Perú. En Argentina, Brasil y Costa Rica, alrededor del 20 % de los adultos que tienen cuenta usa el celular o Internet para operar a través de una cuenta. Digitalizando los pagos de sueldos en efectivo, las empresas podrían contribuir a que hasta 30 millones de adultos no bancarizados, de los cuales casi el 90 % tiene teléfono móvil, sean titulares de una cuenta o de una billetera de criptomonedas.
En Oriente Medio y el Norte de África, las oportunidades de aumentar la inclusión son particularmente sólidas, sobre todo en las mujeres. Hoy en día, el 52 % de los hombres, pero solo el 35 % de las mujeres tienen cuenta, lo que constituye la mayor brecha de género de todas las regiones. El hecho de que haya un número elevado de personas que poseen teléfono móvil ofrece una forma de ampliar la inclusión financiera: entre los no bancarizados, el 86 % de los hombres y el 75 % de las mujeres tienen teléfono móvil. Unos 20 millones de adultos no bancarizados de la región, entre ellos, 7 millones de la República Árabe de Egipto, envían o reciben remesas dentro del país utilizando efectivo o servicios no formales.
En Asia Meridional, la proporción de adultos que tienen cuenta aumentó 23 puntos porcentuales al alcanzar el 70 %. Los progresos se vieron impulsados por India, donde una política gubernamental destinada a incrementar la inclusión financiera a través de la identificación biométrica hizo que la proporción de titulares de cuentas aumentara hasta llegar al 80 %, con logros significativos entre las mujeres y los adultos más pobres. También India se abrió finalmente al uso de billeteras de criptomonedas. Si se excluye a India, la cantidad de titulares de cuentas a nivel regional aumentó 12 puntos porcentuales, pero a menudo los hombres se beneficiaron más que las mujeres. En Bangladesh, la proporción de personas que tienen cuenta subió 10 puntos porcentuales entre las mujeres y casi se duplicó entre los hombres. A nivel regional, la digitalización de los pagos de productos agrícolas podría reducir en unos 40 millones el número de adultos no bancarizados.
Confiemos que el uso de blockchain y Bitcoin como medio de pago ayude de forma contundente a conseguir la inclusión financiera, económico, mercantil y social con mayor rapidez a nivel global. La educación en este sentido es el punto más importante y en Academy Bit2Me trabajamos duro todos los días para que cada mañana brille un rayo de educación.