Bancos y reguladores de China actúan ante el riesgo de una corrida bancaria

La crisis inmobiliaria China sigue poniendo a la economía del país y la región en tensión, llevando a los bancos y reguladores a actuar para evitar lo que parece una inminente corrida bancaria.

La crisis inmobiliaria China sigue poniendo a la economía del país y la región en tensión, llevando a los bancos y reguladores a actuar para evitar lo que parece una inminente corrida bancaria.

Los recientes acontecimientos en el sector financiero de China han generado preocupación entre los ciudadanos, especialmente ahora que a la caída de Evergrande se suma la de Country Garden, dos de los mayores bancos del sector inmobiliario en el gigante asiático. Si bien, el gobierno chino se ha comprometido a intensificar las acciones de monitoreo de riesgos y disposición de malos activos para los bancos pequeños en dificultades, la amenaza es tal, que los bancos pequeños están ahora en una situación altamente precaria y a las puertas de lo que parece ser una corrida bancaria.

Las soluciones del gobierno chino, si bien envían el mensaje de tranquilidad, la realidad es que los bancos comerciales urbanos y a las instituciones financieras rurales buscan deshacerse de activos y préstamos incobrables y al mismo tiempo reponer su capital a través de múltiples canales. Una completa reorganización bancaria que aumenta el riesgo de disparar la corrida, en el momento que alguna de estas entidades sea incapaz de realizar tales acciones y explote con ello la enorme burbuja inmobiliaria China. De hecho, las autoridades son tan consciente de ello que ya han prohibido a los bancos operar fuera de sus regiones económicas designadas.

Recordemos que el fenómeno conocido como corrida bancaria, se produce cuando un gran número de depositantes (o instituciones financieras) retiran simultáneamente sus fondos de un banco, a menudo impulsados por temores de insolvencia del banco. Estos acontecimientos pueden tener repercusiones importantes para la economía en general, provocando potencialmente una crisis de liquidez y socavando la confianza del público en el sistema financiero.

Comprendiendo los factores subyacentes

La reciente corrida bancaria en China puede atribuirse a una confluencia de factores, incluida la desaceleración económica, las preocupaciones sobre la salud del sector inmobiliario y las medidas enérgicas regulatorias contra ciertas instituciones financieras. Estos factores han erosionado colectivamente la confianza del público en el sistema financiero, lo que ha llevado a las personas a salvaguardar sus ahorros retirándolos de los bancos.

Ante los riesgos la respuesta oficial China es: mitigar riesgos y restaurar la estabilidad del sector financiero.  Para ello, las autoridades chinas han tomado varias medidas para estabilizar el sistema financiero y prevenir el contagio. Medidas que van desde tranquilizar al público asegurando que el sistema financiero es seguro, fortalecer la regulación con nuevos reglamentos (como el de no poder operar fuera de sus áreas económicas designadas). Pero sobre todo, hacer que el Banco Popular de China (PBOC), el banco central del país, inyecte liquidez en el sistema bancario para garantizar que los bancos tengan fondos suficientes para satisfacer las demandas de retiro.

¿De cuánta liquidez estamos hablando? Pues nada menos que 790 mil millones de yuanes (unos 108 mil millones de dólares) para mantener adecuada la liquidez en el sistema bancario. De esta forma, China busca mantener la estabilidad económica, alcanzar sus proyecciones de crecimiento y evitar una desaceleración económica.

Sin embargo, especialistas indician que el Banco Popular de China (PBOC) está caminando sobre la cuerda floja entre mantener suficiente liquidez para ayudar a una economía en dificultades y estabilizar el yuan en medio de expectativas de tasas estadounidenses «más altas por más tiempo». De continuar la medida y sumado a la inestabilidad del sector inmobiliario y el ecosistema financiero alrededor del mismo, el movimiento del PBOC puede terminar acelerando lo inevitable, y al mismo tiempo, impactar negativamente en el valor del yuan.

Necesidad de refinanciación

A la medida del PBOC se unen también la necesidad de refinanciación de muchos gobiernos locales chinos, incluidos Liaoning y Chongqing, se apresuran a emitir bonos especiales de refinanciación para pagar sus obligaciones pendientes, mientras Beijing intensifica sus esfuerzos para reducir los crecientes riesgos de deuda que siguen siendo una preocupación para los inversores.

Ante estos eventos, los especialistas indican que el PBOC puede llegar a emitir al menos 1,5 billones de yuanes (unos 205 mil millones de dólares) antes de final de año. Esto impulsado por los recortes poco realistas en las tasas de interés que incentivan el endeudamiento barato, mismo que ha llevado a la crisis inmobiliaria.

Al mismo tiempo, el gobierno busca mantener la estabilidad monetaria para mantener su lucha económica contra los Estados Unidos. De allí, que las medidas del PBOC busquen mantener cierta flexibilidad sin que ello amplíe la brecha de rendimiento de China con Estados Unidos, ejerciendo una nueva presión a la baja sobre el yuan, que ha perdido aproximadamente un 5,5% frente al dólar este año.

Medidas fuera de la común

Pese a todo, la disparada necesidad de refinanciación en China y los rumores de que otras entidades financieras y bancarias están ya en aprietos, no calman a la población y los inversores. De hecho, acciones como las del Banco Cangzhou, uno de los más grandes de China y uno de los 1.000 bancos más importantes del mundo, solo han alimentado temores. Recientemente, el banco ha decidido tomar una medida bastante fuera de la común para «apaciguar los retiros en masa que se han dado en su entidad en los últimos días»: mostrar una enorme pila de billetes en la entrada del banco.

Banco Cangzhou muestra una enorme pila de dinero para calmar a sus clientes
Banco Cangzhou muestra una enorme pila de dinero para calmar a sus clientes

Un representante del banco ha dicho que:

La gente ha estado haciendo cola en los últimos dos días. Sólo podemos dejar que lo retiren, pero no hay nada que podamos hacer. De hecho (el banco) tiene fondos suficientes.

El disparador de todo esto es que el Banco Cangzhou, es uno de los afectados por la quiebra de Evergrande. En total, el banco prestó a Evergrande más de 3 mil millones de yuanes (unos 410 millones de dólares), y la mayor parte de los activos del banco son inmobiliarios (cerca de 42% de un total de activos de 237 mil millones de yuanes, unos 32,4 mil millones de dólares), de los cuales la mayoría son inmuebles inconclusos de Evergrande.

Otros problemas similares se han presentado también Zhongzhi Enterprise Group, uno de los mayores gestores de patrimonio privados de China, con más de 137.000 millones de dólares en activos bajo gestión. Aunque no estaba claro cuántos productos había incumplido Zhongzhi, suspendió los pagos de casi todos sus productos a mediados de agosto 2023. La empresa contrató a KPMG para revisar su balance, mientras el regulador bancario chino creaba un grupo de trabajo para examinar los riesgos.

Impacto en el sector crypto

Si bien las criptomonedas están prohibidas en China, no queda duda que el impacto de esta crisis financiera en el gigante asiático tendrá fuertes repercusiones en el mundo crypto. En el país no solo hay inversores locales, sino también de Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Japón, muchos de los cuales podrían tomar a las criptomonedas como un vehículo de salida ante los fuertes controles de capitales impuestos en China. Recordemos que si bien las criptomonedas están prohibidas en China, solo este país tiene un mercado de más de 86 mil millones de dólares en el sector crypto.

De iniciarse una corrida bancaria en China, podríamos ver una fuerte presión de compra en la región lo que haría ganar un momentum bullish y luego veríamos una fuerte corrección por presión de venta de aquellos que han usado como vehículo de salida de la crisis. Pese a todo lo visto, aún quedan muchas cosas por examinar y comprender en la crisis inmobiliaria China, que lleva desde 2020 poniendo al borde a este sector y la economía del dragón asiático.

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